Las alergias a los frutos secos son las más comunes. Aunque muchas personas las desarrollan, pueden aparecer en cualquier momento de la vida, incluso en los 50, 60 años o más. Puede complicar situaciones como viajar y salir a comer, especialmente en casos severos.
A continuación, analizamos más de cerca las alergias a los frutos secos, incluidos los síntomas de una reacción, antes de ofrecer 10 consejos para vivir con esta condición.
¿Qué es una alergia a los frutos secos?
Las alergias a los frutos secos ocurren cuando nuestro cuerpo los identifica como sustancias dañinas. Para combatirlas, nuestro sistema inmunológico libera sustancias químicas como la histamina, que provocan los síntomas de una reacción alérgica.
Existen dos tipos de alergias a los “frutos secos”: la alergia a los cacahuetes y la alergia a los frutos secos de árbol. Esta separación se debe a que los cacahuetes no son en realidad frutos secos, sino legumbres. Sin embargo, las reacciones en personas con alergias a los cacahuetes y a los frutos secos de árbol suelen ser similares.
Estas últimas incluyen almendras, nueces de Brasil, anacardos, nueces de macadamia, nueces pacanas, pistachos, nueces de karité y nueces. Una persona puede ser alérgica a uno de estos o a varios.
¿Cuáles son los síntomas de una reacción alérgica a los frutos secos?
Para algunas personas, los síntomas de una reacción alérgica a los frutos secos pueden ser leves. Pero, para otras, inhalar o tragar incluso cantidades mínimas puede ser potencialmente mortal. Las reacciones suelen ocurrir dentro de minutos tras la exposición, aunque a veces pueden tardar horas en aparecer.
Algunos síntomas comunes incluyen:
Reacciones cutáneas: incluyendo picazón, erupciones, urticaria, enrojecimiento, sensibilidad e hinchazón de las extremidades.
Dificultades respiratorias: causadas por la inflamación de la garganta.
Problemas digestivos: como náuseas, calambres abdominales, vómitos y diarrea.
Síntomas en ojos, nariz, garganta y boca: como estornudos, dolor de garganta, secreción nasal, ojos llorosos o con picazón y sensaciones de picor o hormigueo alrededor de la boca o la garganta.
Eosinofilia esofágica (EoE): una afección del esófago que puede incluir vómitos, dolor en el pecho y dificultad para tragar.
Anafilaxis: una reacción alérgica potencialmente mortal que se presenta de manera rápida tras la exposición (generalmente en minutos). Los síntomas incluyen hinchazón facial, dificultad para respirar y sensación de cansancio, confusión o mareos.
Las reacciones alérgicas a los frutos secos pueden tratarse con medicación. Por ejemplo, se prescriben antihistamínicos para reacciones leves, mientras que los autoinyectores de epinefrina se utiliza para tratar la anafilaxia.
Sin embargo, actualmente no hay cura para las alergias a los cacahuetes o a los frutos secos de árbol, y la mejor manera de mantenerse seguro es evitarlos. A veces, esto puede ser más fácil de decir que de hacer, pero a continuación hemos recopilado algunos consejos que pueden ayudar.

10 consejos para vivir con una alergia a los frutos secos
Lee cada etiqueta, cada vez Leer las etiquetas de los alimentos cuidadosamente es una de las cosas más importantes que puedes hacer para evitar consumir frutos secos.
Sin embargo, algo que las personas pueden pasar por alto es que debes revisar la etiqueta de un producto cada vez que lo compres, incluso si lo has adquirido antes. Esto se debe a que los fabricantes pueden cambiar los ingredientes o la forma en que preparan los alimentos.
También es importante revisar las etiquetas de los artículos que asumes que no contendrán frutos secos, ya que a veces se utilizan de maneras que podrías no imaginar. Por ejemplo, los frutos secos molidos se utilizan a veces para espesar salsas y sopas.
Además, intenta estar atento a las etiquetas que dicen “Puede contener trazas de…” que los fabricantes utilizan para mostrar que los alérgenos pueden estar presentes de forma no intencionada; por ejemplo, los productos sin frutos secos pueden fabricarse en las mismas fábricas que los productos que contienen frutos secos. Esto puede expresarse de varias maneras, como “No apto para personas con alergia a los frutos secos” o “Envasado en un entorno donde pueden estar presentes frutos secos”.
Consejo adicional: Recuerda buscar fuera de la cocina posibles exposiciones a frutos secos. Artículos no alimentarios como champús, lociones, alimentos para mascotas e incluso compost de jardín pueden contenerlos.
2.Familiarízate con los nombres alternativos de los frutos secos Si bien siempre se deben tomar medidas para destacar los frutos secos en las etiquetas de los productos, puede ser útil familiarizarse con nombres alternativos por si acaso.
Por ejemplo, los cacahuetes pueden llamarse frutos de la tierra o su nombre en latín, Arachis hypogaea.
Los fabricantes también pueden usar nombres en latín para los frutos secos de árbol, particularmente en productos como cosméticos y artículos de tocador.
3.Aprende sobre la contaminación cruzada Desafortunadamente, al vivir con una alergia severa a los cacahuetes o a los frutos secos de árbol, no es suficiente evitar los frutos secos en sí, ya que incluso trazas pueden desencadenar una reacción alérgica.
La contaminación cruzada ocurre cuando trazas de alérgenos se introducen en otros alimentos. Esto puede suceder durante el proceso de preparación, así como en las etapas de servicio y almacenamiento. Un ejemplo de contaminación cruzada podría ser un cuchillo utilizado para mantequilla de cacahuete que no se limpia adecuadamente antes de ser utilizado para otra cosa.
Si tienes alergia a los frutos secos o vives con alguien que la tiene, es esencial aprender sobre la contaminación cruzada. Esto puede ayudarte a evitarla al cocinar en casa y recordar preguntar a los restaurantes cómo preparan su comida.
4.Llama a los restaurantes con antelación Salir a comer es una de las situaciones más complicadas de manejar si tienes alergia a los frutos secos. Sin embargo, compartir una comida con seres queridos en un restaurante es uno de los placeres sencillos de la vida, y no deberías perderte de ello a causa de tu alergia.
La comunicación clara es clave para prevenir la exposición al cenar fuera. Por eso, se recomienda llamar a los restaurantes por adelantado y hablar con el personal sobre si pueden servirte y qué platos son adecuados. Esto puede aliviar parte de la presión de intentar resolverlo todo cuando llegas. Si es posible, intenta llamar durante períodos tranquilos (por ejemplo, entre la hora del almuerzo y la cena), cuando el personal no esté tan ocupado.
Al hablar con el personal del restaurante, es importante hacer preguntas como: “¿Han sido capacitados adecuadamente para gestionar alérgenos?” “¿Cómo se maneja la comida?” y “¿Hay alguna posibilidad de contaminación cruzada por ingredientes o utensilios de cocina?”
También es fundamental asegurarse de que entiendan exactamente qué ocurrirá si te expones a los frutos secos. Esto es especialmente cierto, ya que un estudio reveló que más de 1 de cada 10 gerentes de restaurantes creen incorrectamente que una persona con alergias alimentarias puede comer cantidades pequeñas de ese alimento de forma segura.
Cuando llegues al restaurante, confirma todo lo que discutiste por teléfono. La recomendación general es: si tienes dudas sobre cómo un restaurante prepara su comida o si comprenden las consecuencias de tu alergia a los frutos secos, no merece la pena comer allí.
5.Lleva tarjetas para chefs Como se mencionó en la sección anterior, la comunicación clara es clave para evitar la exposición a los frutos secos. Por lo tanto, al salir a comer, muchas personas también llevan tarjetas para chefs que entregan al personal de cocina.
Las tarjetas para chefs generalmente contienen información sobre qué ingredientes son alérgicos y un recordatorio de la gravedad de las consecuencias si te expones. Al dar al personal del restaurante una tarjeta con toda esta información escrita, ayudamos a reducir el riesgo de malentendidos y subrayar la importancia de la situación.
6.Siempre lleva contigo un autoinyector de epinefrina Si tienes alergia severa a los frutos secos, lo más seguro es llevar un autoinyector de epinefrina en todo momento. Esto se debe a que, si accidentalmente consumes frutos secos, la epinefrina puede prevenir o tratar la anafilaxia.
En algunos casos, puedes necesitar más de un autoinyector, así que asegúrate de tener uno en casa, en tu coche y en tu bolso. Asegúrate de revisar su fecha de caducidad y reemplazar cualquier dispositivo que haya caducado.
Además, considera pedir a tus amigos o familiares cercanos que sepan cómo utilizar un autoinyector. Esto puede ayudar a reducir el riesgo si no puedes administrarlo tú mismo.
7.Consulta con un especialista Si tienes alergia severa, puede ser útil hablar con un especialista que sepa cómo vivir con alergias alimentarias. A veces, es posible que desees explorar la inmunoterapia, que implica la administración de dosis controladas del alérgeno a lo largo del tiempo para ayudar a reducir tu sensibilidad. Esto no es adecuado para todos, así que asegúrate de consultar a un médico especializado en alergias.

8.Toma precauciones al viajar Viajar puede ser complicado si tienes alergia a los frutos secos, pero hay algunas cosas que puedes hacer para ayudarte a mantenerte seguro. Por ejemplo, investiga las opciones de comida antes de salir, pregunta a los restaurantes si pueden ofrecerte opciones seguras y lleva tus propias comidas.
También es útil llevar una tarjeta de alergia en el idioma local que describa tu condición, ya que esto puede ser útil en caso de emergencia. Si vas a viajar al extranjero, asegúrate de revisar las pautas de los aeropuertos y aerolíneas sobre el transporte de alimentos.
9.Comparte tus experiencias A veces, hablar con personas que entienden tu situación puede ayudar. Si estás en un grupo de apoyo, puedes encontrar personas que comparten experiencias similares y que han encontrado formas útiles de lidiar con su alergia. Hablar con otros también puede ayudarte a sentirte menos solo y más capaz de enfrentar la situación.
10.No tengas miedo de ser honesto Finalmente, es fundamental no tener miedo de hablar sobre tu alergia. Si alguien te ofrece comida, es completamente aceptable rechazarla y explicar que no puedes comerla. Cualquiera que te respete debería comprender tus razones y tu necesidad de cuidar tu salud.
Las alergias a los frutos secos pueden ser desafiantes, pero vivir con esta condición no tiene por qué impedirte disfrutar de la vida. Al tomar precauciones, ser proactivo y comunicarte con los demás, puedes ayudarte a ti mismo a mantenerte seguro y disfrutar de experiencias con tus amigos y familiares.