Si has decidido volver a estudiar después de un largo parón, puedes sentirte emocionado y optimista, pero también abrumado y con cierta inquietud.
Ya sea que hayas elegido completar una carrera universitaria o realizar un curso en línea, regresar al estudio tras un largo tiempo puede ser complicado. A veces, parece que nuestra mente necesita reiniciarse, que hemos perdido la capacidad de concentrarnos durante largos períodos o que simplemente hemos olvidado cómo entrar en “modo estudio”.
La buena noticia es que existen muchas estrategias que pueden facilitar el regreso al aprendizaje, haciendo que el proceso sea más eficaz y agradable.
Aquí tienes nueve consejos que pueden ayudarte.
1. Haz un plan
Tener un plan claro aumenta las probabilidades de éxito en cualquier proyecto. Al comenzar a estudiar de nuevo, es fácil sentirse abrumado por la cantidad de contenido o estresado por la posibilidad de no cumplir con las tareas o no estar preparado para los exámenes. Sin embargo, con un buen plan puedes sentir que tienes el control, lo cual es muy útil para reducir el estrés.
Elaborar un esquema y crear un horario es una excelente manera de iniciar la experiencia de aprendizaje. Si prefieres el formato digital, puedes hacer un plan electrónico, pero si prefieres usar papel, tal vez te interese adquirir una agenda o calendario. De esta manera, puedes anotar todas las fechas importantes de tu curso y asegurarte de que tienes tiempo suficiente para estudiar.
Si te preocupa cumplir con las fechas límite, también puedes hacer un horario con tareas diarias y semanales. Al final de cada semana, podrás tachar lo que has completado y marcar lo que aún falta. La vida, con sus imprevistos y cambios, a veces interfiere con nuestros planes, así que esto puede ayudarte a sentir que tienes el control, incluso cuando surjan obstáculos.
2. Establece una rutina
Una vez que tienes una idea de tus metas de estudio, el siguiente paso es crear una rutina de aprendizaje. Estas son importantes porque proporcionan estructura a nuestro día y evitan que el tiempo se nos escape o que nuestras jornadas se prolonguen sin rumbo.
Si estudias desde casa, crea límites entre el tiempo de ocio y el de estudio. Si trabajas a jornada completa, podrías establecer una rutina en la que después de la jornada laboral, hagas algo de ejercicio o des un paseo antes de sentarte a estudiar un par de horas.
Estas acciones recurrentes pueden ayudarnos a cambiar de “modo” (por ejemplo, del modo trabajo al modo estudio, o del modo estudio al modo descanso), facilitando la transición psicológica y permitiéndonos desconectar mejor al finalizar.
Un beneficio adicional de las rutinas es que pueden regular las emociones. Al ser familiares y reconfortantes, ayudan a reducir la ansiedad y el estrés, permitiéndonos ser productivos y mantener la concentración.
3. Identifica el mejor momento del día para estudiar
Cada persona es diferente, y en cuanto al aprendizaje, no existe un método universal. Al retomar el estudio, puede ser útil dedicar un tiempo a averiguar en qué momentos del día eres más productivo y enfocado, y planificar tu horario de estudio en función de eso.
Por ejemplo, si eres una persona que se siente activa y motivada por las mañanas, intenta estudiar a primera hora. Si eres más productivo por la noche, entonces organiza tus sesiones de estudio en ese momento.
Muchos encuentran que su mente se activa después de hacer ejercicio. Así que, si tienes un trabajo a jornada completa y no puedes estudiar antes de trabajar, puedes hacer ejercicio al llegar a casa y dedicar tiempo al estudio después.
4. Crea el ambiente adecuado
Para sacar el máximo provecho de cada sesión de estudio, es importante encontrar el lugar adecuado.
Si es posible, destina un espacio exclusivo para estudiar. Esto debería ser un lugar donde normalmente no te relajes, como el salón, para que te ayude a concentrarte cuando te sientes a trabajar. Si no tienes espacio para una oficina o escritorio, podrías usar la mesa de la cocina, pero es fundamental mantener el área ordenada y libre de distracciones.
También es útil convertir tu espacio de estudio en un ambiente agradable que te motive a estudiar. Puedes colocar flores frescas en el escritorio o encender una vela aromática. La música suave también puede ayudar a crear un ambiente propicio para el aprendizaje.
Para quienes prefieren estudiar fuera de casa, pueden probar hacerlo en un parque cercano o en una cafetería. Algunos estudios sugieren que el ruido de fondo en las cafeterías puede mejorar el pensamiento creativo, así que experimenta y encuentra lo que mejor funcione para ti.
5. Limita las distracciones
En un mundo hiperconectado, es fácil vivir en un estado de distracción constante. Es importante recordar que cada vez que nos distraemos, el cerebro tarda, en promedio, 23 minutos en volver a concentrarse.
Para proteger tu tiempo de estudio, intenta reducir las distracciones lo más posible. Si el teléfono móvil te distrae, ponlo en modo “no molestar” o en modo avión. También puedes dejarlo en otra habitación para que esté fuera de la vista.
También puedes desconectar el teléfono fijo y, si las personas o las mascotas en casa te distraen, considera usar auriculares con cancelación de ruido. Esto puede ayudarte a concentrarte completamente en tu trabajo sin que otros sonidos te desvíen.
6. Usa aplicaciones para mejorar la concentración
Existen herramientas y aplicaciones que pueden ayudarte a concentrarte. Si te resulta difícil resistir la tentación de revisar redes sociales o noticias, puedes descargar aplicaciones que bloquean sitios web durante ciertos períodos de tiempo.
7. Pide ayuda
Si tienes dudas o necesitas ayuda, es mejor pedirla que intentar resolverlo todo solo. Ya sea que necesites consejo sobre qué materiales de estudio adquirir o tengas preguntas sobre un tema en particular, no dudes en pedir ayuda si lo necesitas.
Dedicar tiempo a establecer una relación con tu tutor o profesor puede ser beneficioso. No solo será más fácil pedir ayuda si la necesitas, sino que también te servirá de motivación. Los tutores no solo dominan sus materias, sino que también tienen mucha experiencia en el aprendizaje y pueden ofrecerte consejos útiles sobre cómo estudiar o repasar.
Si tienes amigos o familiares con experiencia en el tema, también es una buena idea pedirles sus opiniones y consejos. Podrían señalarte recursos útiles o sugerirte material de aprendizaje complementario.
8. Mantén un buen equilibrio entre el trabajo y la vida personal
Cuando empiezas a estudiar de nuevo, es fácil caer en la tentación de dedicarte demasiado intensamente, especialmente si estás disfrutando del proceso. Aunque es genial sentirse motivado, es importante que mantengas límites y que te asegures de tener un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal para evitar el agotamiento.
Si estás estudiando durante largos períodos, toma descansos regularmente. La investigación sugiere que estos “micro descansos” ayudan a revitalizar nuestro cerebro y nos permiten concentrarnos mejor. Además, es recomendable reservar un día libre de estudio a la semana para despejar la mente y empezar la próxima sesión con energía renovada.
9. Prioriza una vida saludable
Al pensar en cómo maximizar el aprendizaje, es fácil enfocarse en cosas como los horarios. Sin embargo, uno de los aspectos más importantes para mejorar nuestro aprendizaje es llevar una vida saludable.
Dormir lo suficiente es fundamental para estudiar mejor. Nuestros cerebros necesitan una cantidad adecuada de sueño para funcionar correctamente y consolidar el aprendizaje y los recuerdos. Si tienes dificultades para dormir lo suficiente, puedes informarte sobre técnicas de mejora del sueño.
Además, llevar una dieta equilibrada es crucial. Lo que comemos impacta en la memoria y la concentración, y ciertos nutrientes pueden mejorar nuestra capacidad para realizar tareas.
Por último, no subestimes el valor del ejercicio para el aprendizaje. Investigaciones demuestran que hacer ejercicio regularmente no solo mejora la memoria, sino que facilita la concentración.
Conclusiones
Volver a aprender después de una pausa larga es emocionante y puede marcar el inicio de una nueva etapa en tu vida, o incluso de una nueva carrera. Sin embargo, puede ser una experiencia desafiante, así que es importante ser amable contigo mismo mientras te adaptas.
Recuerda que el aprendizaje es una habilidad, y cuanto más practiques, más fácil se volverá.