La dislexia es una dificultad de aprendizaje que puede causar problemas con la lectura, la escritura y la ortografía. Es comúnmente identificada en niños durante sus años escolares, pero puede afectar a personas de cualquier edad.
Según estudios, alrededor del 10% de la población mundial tiene dislexia, y uno de cada seis adultos tiene un nivel de lectura equivalente al de un niño de 11 años.
Aunque la dislexia puede ser complicada de gestionar, con el apoyo adecuado, es posible hacer que las tareas diarias sean mucho más fáciles, tanto en casa como en el trabajo.
A continuación, abordaremos qué es la dislexia, sus síntomas, causas y dónde puedes buscar ayuda.
¿Qué es la dislexia?
La dislexia es una dificultad de aprendizaje común que principalmente provoca problemas con la lectura, la escritura y la ortografía. Las personas que la padecen suelen tener dificultades para conectar el sonido de las palabras con las letras que las componen.
Existen diferentes tipos de dislexia que se pueden clasificar en dos grandes grupos dentro del ámbito educativo:
Dislexia adquirida: Aparece como consecuencia de una lesión cerebral específica.
Dislexia evolutiva: No está asociada a ninguna lesión cerebral particular, sino que se presenta de forma espontánea y se desarrolla a lo largo del tiempo.
Dentro de estas categorías, también podemos identificar tipos más específicos de dislexia según los síntomas predominantes y las rutas cerebrales afectadas. Entre ellos destacan:
Dislexia fonológica o indirecta
Este tipo de dislexia está relacionado con dificultades en la ruta fonológica, es decir, en la capacidad para asociar los sonidos con sus correspondientes significados. Las personas que presentan esta dislexia tienen problemas para leer palabras sin sentido (pseudopalabras) y tienden a hacer una lectura más visual, deduciendo el significado de forma global en lugar de leer palabra por palabra. Los errores comunes incluyen paralexias visuales (como intercambiar letras: "podre" por "padre") y paralexias derivativas (cambiar fonemas manteniendo la raíz de la palabra: "escritor" por "escribir").
Dislexia superficial
En este caso, la dificultad se encuentra en la ruta léxica, que es la que permite acceder al significado a través de la representación gráfica de las palabras. Como consecuencia, las personas con dislexia superficial tienden a leer utilizando la ruta fonológica, lo que les genera problemas especialmente con palabras irregulares (como en el caso del inglés), pero no les cuesta leer palabras regulares. Los errores más frecuentes son la omisión, sustitución o adición de letras, y también la confusión de palabras homófonas. Además, la velocidad lectora disminuye considerablemente cuando se enfrentan a palabras largas.
Dislexia mixta o profunda
Este tipo de dislexia se caracteriza por una alteración en ambas rutas: tanto en la fonológica como en la léxica. Los errores en la lectura son más evidentes y se observa que la comprensión mejora cuando leen en silencio. Las personas con dislexia mixta o profunda tienen dificultades tanto con las pseudopalabras como con las palabras regulares y suelen cometer errores semánticos, es decir, confunden el significado de las palabras.
En resumen, la dislexia puede variar considerablemente según el tipo y la ruta afectada, lo que influye en las estrategias de enseñanza y apoyo necesarias para cada caso.
Es bastante común que las personas con dislexia también tengan otras condiciones, como discalculia (dificultad para comprender números), TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad) y ADD (trastorno por déficit de atención).
La dislexia es una condición de por vida que puede presentar desafíos en la vida diaria. Sin embargo, existe mucho apoyo disponible para ayudar a las personas a mejorar sus habilidades de lectura y escritura y lograr grandes cosas. También es importante señalar que la dislexia no tiene relación con la inteligencia.
Por ejemplo, artistas y científicos célebres como Pablo Picasso, Albert Einstein, Stephen Hawking y Leonardo Da Vinci eran disléxicos. Además, el expresidente de los Estados Unidos, George W. Bush, también es disléxico y ha lidiado con esta condición hasta la madurez.
¿Qué causa la dislexia y quiénes pueden verse afectados?
Personas de todas las edades y habilidades intelectuales pueden verse afectadas por la dislexia. Aunque la condición se identifica con mayor frecuencia en los niños, cuando comienzan a leer y escribir, no es raro que la dislexia no se diagnostique durante años o incluso décadas.
La causa exacta aún se desconoce, pero parece ser hereditaria. Los expertos creen que ciertos genes heredados de los padres pueden combinarse de una manera que afecta al desarrollo de algunas áreas del cerebro durante la infancia.
Según estudios, alrededor del 40% de los hermanos de niños disléxicos también tienen dificultades de lectura, y hasta un 49% de sus padres también.
¿Cuáles son los síntomas de la dislexia en adultos?
La dificultad para leer es el signo más conocido de la dislexia, pero hay otros síntomas a tener en cuenta.
Es importante señalar que, con el tiempo, muchos adultos disléxicos desarrollan estrategias para sortear sus dificultades de lectura. Esto significa que centrarse solo en las habilidades de lectura de una persona puede contribuir a que su condición siga sin diagnosticar.
Algunos de los síntomas más comunes de la dislexia en adultos incluyen:
No leer nunca o leer raramente por placer debido a las dificultades.
Confundir palabras visualmente similares como "cab" y "can".
Desagradarle leer en voz alta frente a otras personas.
Tener dificultades para realizar tareas que requieren repetición y memorización.
Resulta difícil o incluso imposible resumir una historia que hayas escuchado o leído.
Dificultad para recordar conversaciones pasadas y ser acusado de no escuchar.
Luchar con la gestión del tiempo, o sentir que las tareas toman mucho más tiempo del previsto.
Evitar reuniones que se centran en la planificación.
Tener problemas para entender juegos de palabras, bromas o giros de expresión.
Aprender de manera más efectiva a través de experiencias visuales o prácticas.
Sentirse abrumado cuando se te pide que rellenes un formulario largo.
Además, investigaciones han encontrado que muchos adultos disléxicos también experimentan baja autoestima, vergüenza, estrés, humillación y falta de confianza en su capacidad para rendir en el trabajo.
¿Cómo se diagnostica la dislexia en adultos?
Si sospechas que puedes tener dislexia, existen varias herramientas y recursos que puedes utilizar para comprender mejor qué dificultades estás enfrentando y obtener un diagnóstico.
Las pruebas de detección pueden ayudar a indicar si vives con alguna forma de dislexia. Estas pruebas suelen ser gratuitas o disponibles online por una pequeña tarifa. Es importante recordar que las pruebas de detección son solo herramientas indicativas iniciales y no proporcionan un diagnóstico formal ni precisión total.
La dislexia sólo puede diagnosticarse formalmente a través de una Evaluación Diagnóstica realizada por un evaluador certificado. Las evaluaciones suelen incluir una serie de pruebas que exploran las habilidades de lectura, escritura y ortografía de una persona; su escritura y habilidades motoras; conciencia fonológica; velocidad de memoria; habla y lenguaje; y procesamiento auditivo.
¿Cómo se puede tratar y gestionar la dislexia en adultos?
Aunque la dislexia es una condición de por vida, existen diversos recursos que pueden ayudar a las personas a gestionar sus síntomas y mejorar sus habilidades de lectura y escritura.
Gran parte de los consejos y técnicas utilizados para ayudar a los niños con dislexia también se aplican a los adultos.
Algunas de las técnicas más efectivas incluyen:
Recibir formación o tutoría para mejorar las habilidades de lectura.
Terapia ocupacional para ayudarte a desarrollar formas de sortear los problemas que la dislexia provoca en tu entorno de trabajo.
Utilizar tecnología de asistencia como procesadores de texto, software de reconocimiento de voz y organizadores electrónicos.
Encontrar métodos que se adapten a tu estilo de aprendizaje y memorización.
Dividir las tareas grandes en secciones más pequeñas.
Solicitar que las instrucciones sean dadas verbalmente en lugar de por escrito.
Utilizar mapas mentales con imágenes y palabras clave al tomar notas sobre un tema, en lugar de escribir una lista.
Grabar reuniones importantes o conversaciones para poder escucharlas nuevamente si se perdió alguna información.
Ajustes para personas con dislexia en el lugar de trabajo
Si eres un adulto trabajador, es importante informar a tu empleador de tu dislexia. Los empleadores están legalmente obligados a hacer ajustes razonables en el lugar de trabajo para ayudarte.
Los ajustes razonables en el lugar de trabajo podrían incluir:
Proporcionarte tecnología de asistencia, como software de conversión de voz a texto o grabadoras digitales.
Conceder más tiempo para completar tareas.
Darte instrucciones verbalmente en lugar de por escrito.
Proporcionarte toda la información necesaria para completar una tarea en formatos accesibles para ti.
¿Qué apoyo existe para los adultos con dislexia?
Si sospechas que podrías tener dislexia no diagnosticada, es importante buscar ayuda. El primer paso es hablar con tu médico sobre una evaluación.
Para apoyo adicional, organizaciones nacionales de dislexia ofrecen diversos recursos, incluyendo información general, evaluaciones y líneas de ayuda. También existen varias asociaciones locales de dislexia que ofrecen talleres y apoyo.
Conclusiones…
La dislexia puede ser frustrante, pero no tiene que impedirte llevar una vida exitosa y plena. Si tienes – o crees que podrías tener – dislexia, es importante pedir ayuda a quienes te rodean. A menudo, comprender tu condición es el primer paso para superarla.