El divorcio con separación de bienes implica aplicar, al momento de la disolución del matrimonio, las normas del régimen económico-matrimonial de separación de bienes. Esto significa que los cónyuges mantienen patrimonios completamente separados que no necesitan repartirse al finalizar el matrimonio.
Derechos de la separación de bienes en el divorcio
En comparación con el régimen de gananciales, los derechos de los cónyuges bajo separación de bienes son menores, ya que en el primer caso los cónyuges pueden reclamar bienes adquiridos durante el matrimonio de manera conjunta. En cambio, en el segundo, no existe una sociedad económica común que deba dividirse o extinguirse al terminar la relación.
División del patrimonio según la aportación
Bajo el régimen de separación de bienes, sólo existen propiedades comunes si cada cónyuge posee un porcentaje en la cuota de propiedad de algún bien, adquirido de manera directa o por donación. En el régimen de gananciales, prácticamente todos los bienes adquiridos por cualquiera de los cónyuges pertenecen a la sociedad conyugal, sin importar quién haya pagado por ellos, por lo que deben dividirse equitativamente al finalizar el matrimonio.
Conservación de propiedades individuales
En un divorcio con separación de bienes, no hay división de patrimonio común; cada parte mantiene sus posesiones personales sin necesidad de dividirlas.
Acuerdo en el pago de la hipoteca
En caso de que ambos cónyuges posean una propiedad en común y uno haya contribuido más al pago de la hipoteca, su participación en el bien puede ser proporcionalmente mayor.
Divorcio con separación de bienes y custodia de hijos
En caso de un divorcio con separación de bienes, los derechos y deberes en cuanto a la pensión de alimentos o la asignación de la vivienda familiar no cambian respecto a un divorcio con régimen de gananciales. El régimen económico no afecta el derecho a pensión compensatoria o a la distribución de bienes según la participación de cada cónyuge.
Ventajas de la separación de bienes en un divorcio
Optar por un divorcio con separación de bienes simplifica y abarata los trámites, ya que evita la necesidad de valorar y dividir el patrimonio común o las deudas de la sociedad conyugal. Este régimen permite que cada bien pertenezca exclusivamente a uno de los cónyuges, sin necesidad de compensaciones por aportaciones. Además, la liquidación de bienes comunes, en caso de no haber acuerdo, requiere de notario o de un procedimiento judicial separado, lo que implica mayores gastos.
Control y protección del patrimonio personal
Los cónyuges en régimen de separación de bienes pueden gestionar su patrimonio sin autorización del otro, salvo en el caso de la vivienda familiar. Asimismo, las deudas de un cónyuge no afectan al patrimonio del otro, lo que ofrece una protección económica adicional.
Procedimiento simplificado de divorcio
El divorcio en separación de bienes evita la realización de un inventario detallado de bienes comunes, así como su valoración y reparto, reduciendo significativamente posibles conflictos.
Seguridad económica
Estar casado bajo el régimen de separación de bienes aporta mayor seguridad, pues cada cónyuge mantiene el control de su patrimonio individual. Este régimen permite a cada cónyuge disponer de su propio patrimonio con libertad, siempre y cuando contribuya a las cargas familiares.
Requisitos para divorciarse en régimen de separación de bienes
El divorcio con separación de bienes es aplicable cuando la pareja se casó en una comunidad autónoma con régimen de separación de bienes (como Cataluña), o si se establecieron capitulaciones matrimoniales antes o después del matrimonio. Esta modalidad se formaliza mediante capitulaciones matrimoniales ante notario, y en algunas comunidades autónomas los efectos son automáticos al momento de casarse bajo este régimen.