El coste medio de un entierro en España ronda los 3.500 euros, cifra que incluye el traslado del fallecido, el velatorio, el entierro, el ataúd o la urna, flores y otros gastos adicionales. En el caso de no contar con un seguro de decesos, muchas personas pueden no tener los recursos suficientes para afrontar estos gastos. En esos casos, se realiza un entierro de beneficencia, lo que significa que los gastos corren a cargo del municipio.
De acuerdo con el artículo 1894 del Código Civil, son los familiares o herederos del difunto quienes deben hacerse responsables de los costes del entierro.
¿Qué es un entierro de beneficencia?
Aunque la familia tiene la responsabilidad de cubrir los gastos del entierro, pueden negarse a asumirlos. En estos casos, los familiares más cercanos al fallecido deben ponerse en contacto con los servicios sociales del ayuntamiento correspondiente para solicitar un entierro de beneficencia.
Los profesionales de los servicios sociales se encargan de verificar la identidad y la situación económica de los solicitantes antes de proceder con la gestión. Esta solicitud también se lleva a cabo cuando la persona fallece sin que nadie esté a su cargo. Aunque cada municipio puede tener sus propias regulaciones, lo habitual es que se requieran dos certificados, uno para la funeraria y otro para el cementerio.
Los tanatorios deben ceder sus instalaciones al ayuntamiento para que se celebre el velatorio de las personas fallecidas sin recursos. Además, se encargan del traslado al cementerio donde se llevará a cabo el entierro. En estos casos, es común que se reserven nichos de ciertos tipos, especialmente aquellos que se encuentran en zonas más aisladas o de mayor altura.
En los cementerios, es fácil reconocer un entierro de beneficencia porque el nicho se tapa con hormigón en lugar de colocar una lápida. Además, este espacio suele estar ocupado solo durante un periodo determinado, que puede variar entre 2 y 5 años según la localidad. Transcurrido este tiempo, los restos del fallecido son retirados y depositados en una fosa común.
¿Son frecuentes los entierros de beneficencia?
Actualmente, el número de entierros de beneficencia está aumentando cada año. Según datos de la Asociación Nacional de Servicios Funerarios, se realizan casi 4.000 entierros de beneficencia al año gracias a la colaboración entre las empresas funerarias y los servicios de asistencia social de las administraciones públicas.
Además de los entierros de beneficencia, también existe la posibilidad de que aquellos que no puedan asumir los costes de un entierro elijan donar su cuerpo a la ciencia. En este caso, la universidad o institución receptora se encarga de cubrir todos los gastos relacionados con el traslado del cuerpo.