Pocos conceptos resultan tan intuitivos en economía como la inflación. En términos generales, se presenta cuando se observa un incremento general de los precios al comparar dos períodos de tiempo, afectando tanto a bienes como a servicios y disminuyendo el poder adquisitivo de la moneda. Esto significa que, con el mismo dinero, se pueden comprar menos bienes.
Para medir la inflación, se utiliza una "cesta" de bienes y servicios representativa de los consumos habituales de las familias, que incluye productos de consumo diario (como alimentos o combustible), bienes duraderos (electrodomésticos, dispositivos electrónicos, ropa, entre otros) y servicios diversos (educación, peluquería, atención médica). A partir de esta cesta, se elabora un índice de precios de consumo. En la Unión Europea, el índice armonizado de precios de consumo se emplea para unificar los criterios de cálculo entre los distintos estados miembros. La variación de este índice en un determinado período indica el nivel de inflación.
¿Es siempre perjudicial la inflación?
Algunos economistas creen que una inflación moderada puede reflejar una economía en buen estado, con aumentos salariales y un consumo saludable. La cuestión es determinar hasta qué nivel se considera aceptable la inflación. Para ello, es importante valorar las características específicas de cada economía, su capacidad de crecimiento y, especialmente, si cuenta con una meta inflacionaria definida. En el caso del Banco Central Europeo, su objetivo es mantener los precios estables a medio plazo, apuntando a una inflación en torno al 2%. Según esta institución, tanto una inflación muy baja como una excesivamente alta pueden tener efectos negativos.
Causas y soluciones para la inflación
La inflación puede tener múltiples causas y, dependiendo de ellas, existen diferentes medidas para intentar mitigarla. Si el origen es una elevada demanda, los bancos centrales pueden optar por aumentar los tipos de interés, reduciendo así el crédito y el consumo, o por disminuir la cantidad de dinero en circulación. En caso de que el problema sea una escasez de oferta (aumento en los costes de producción), las soluciones deben centrarse en mejorar la productividad o buscar alternativas para los insumos que han incrementado de precio.
Otra causa puede ser la depreciación de la moneda en países que dependen de importaciones en monedas extranjeras, como el dólar. En tales situaciones, se busca mejorar la competitividad económica o, como medida temporal, subir los tipos de interés para mantener estable el valor de la moneda local.
Si la causa de la inflación es la expectativa de futuros aumentos de precios, puede ser necesaria una medida de consenso social para limitar la espiral inflacionaria. Por ejemplo, un acuerdo de rentas en el que distintos sectores (trabajadores, empresas, pensionistas…) acepten una cierta reducción en el poder adquisitivo para contener el crecimiento de los precios.
Contexto actual de la inflación en Europa y España
A nivel de la OCDE, la inflación interanual alcanzó un 6% en 2023, lo cual representa una moderación desde el máximo del 9,4% a finales de 2022. En España, la inflación interanual del Índice de Precios del Consumidor en agosto de 2024 se situó en el 2,2%, su nivel más bajo desde junio de 2023. Este resultado aproxima a España al objetivo del 2% establecido por el Banco Central Europeo.
Protección contra la inflación
Para proteger el poder adquisitivo en tiempos de inflación, una de las recomendaciones es optar por inversiones que generen una rentabilidad superior al aumento de los precios. Existen distintas opciones que pueden adaptarse a las necesidades y tolerancia al riesgo de cada persona, aunque, en general, las alternativas de mayor rentabilidad también suponen un riesgo más elevado.