Existen muchas dietas en el mundo, la mayoría relacionadas con objetivos como perder peso o reducir el riesgo o impacto de enfermedades como las cardiovasculares o la diabetes. Sin embargo, rara vez se considera la relación entre la dieta y la salud cerebral.
La dieta MIND (Mediterráneo-DASH Intervención para el retraso neurodegenerativo) está diseñada precisamente para ello. Combina dos dietas populares – DASH y Mediterránea – con el objetivo de mejorar la salud cerebral y reducir el riesgo de deterioro cognitivo y enfermedad de Alzheimer.
A continuación, explicaremos qué es la dieta MIND, la investigación que la respalda y sus potenciales beneficios para la salud.
¿Qué es la dieta MIND?
La dieta MIND (por sus siglas en inglés) se centra en reducir el riesgo de demencia y deterioro cognitivo. Combina los principios de las dietas DASH (Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión) y Mediterránea, ampliamente consideradas entre las más saludables.
DASH: Diseñada para regular la presión arterial.
Mediterránea: Enfocada en mejorar la salud general.
Ambas dietas recomiendan consumir más cereales integrales, pescado, legumbres, frutas y verduras, aunque la dieta DASH pone mayor énfasis en controlar la ingesta de sal.
La dieta MIND, relativamente nueva, fue creada en la Universidad Rush, en Chicago, y su primer estudio se publicó en 2015. Desde entonces, se ha continuado investigando sobre sus beneficios potenciales. Sin embargo, es importante señalar que se necesita más investigación para confirmar plenamente su eficacia.
¿En qué consiste la dieta MIND?
El objetivo principal es consumir más alimentos de origen vegetal, mínimamente procesados, y limitar las grasas saturadas y los azúcares añadidos.
La dieta propone basarse en 10 categorías de alimentos principales, limitando cinco otras.
Alimentos recomendados:
Tres o más raciones de cereales integrales al día (quinoa, avena, arroz integral).
Seis o más raciones de verduras de hoja verde a la semana (espinacas, col rizada, brócoli).
Una ración diaria adicional de otras verduras no almidonadas.
Cinco o más raciones de frutos secos a la semana.
Cuatro comidas con legumbres (judías, lentejas) por semana.
Dos raciones de bayas por semana (arándanos, fresas).
Una ración de pescado graso a la semana (salmón, sardinas).
Dos comidas con aves magras (pollo, pavo) a la semana.
Usar aceite de oliva como grasa principal.
Un vaso pequeño de vino al día como máximo.
Alimentos limitados:
Comidas fritas o rápidas (menos de una vez a la semana).
Queso (menos de una vez a la semana).
Pasteles y dulces (menos de cinco veces a la semana).
Mantequilla (menos de una cucharada al día).
Carnes rojas (menos de cuatro veces a la semana).
¿Cómo afecta la dieta MIND a la salud cerebral?
Los hallazgos iniciales son prometedores:
Un estudio reveló que quienes seguían más de cerca la dieta tenían cerebros equivalentes a 7,5 años más jóvenes.
Otros estudios la vinculan con una mejor memoria, menor deterioro cognitivo y tasas reducidas de demencia y Alzheimer.
Incluso una adhesión moderada parece ofrecer beneficios significativos.
Los alimentos ricos en antioxidantes, vitaminas y minerales ayudan a reducir la inflamación y el estrés oxidativo, factores relacionados con enfermedades como el Alzheimer.
Otros beneficios potenciales de la dieta MIND
Salud cardiovascular: Puede reducir el colesterol y prevenir enfermedades del corazón.
Diabetes: Mejora el control del azúcar en sangre y reduce el riesgo de diabetes tipo 2.
Pérdida de peso: Promueve alimentos ricos en fibra que ayudan a mantener un peso saludable.
Reducción de la depresión: Los alimentos incluidos pueden tener un efecto positivo en el estado de ánimo.
Reflexiones finales
Aunque solemos asociar las dietas con la salud del corazón o la pérdida de peso, esta investigación resalta su impacto en la función cognitiva. Si bien se necesita más investigación, los resultados actuales sobre la dieta MIND son alentadores.