Se lanzó un concurso de artista residente de una prestigiosa sociedad de horticultura. Abierto tanto a ilustradores botánicos aficionados como profesionales, el premio principal era un encargo valorado en 1.000 euros para aparecer en su revista trimestral de jardinería.
Un panel de jueces evaluó las ilustraciones basándose en elementos técnicos (como el color y la composición), su capacidad para representar características importantes de las plantas y su atractivo estético.
El editor de la revista explicaba: “Queremos cautivar e inspirar, hacer que las personas se enamoren tanto del espíritu de las plantas como de su apariencia. Conseguir eso a través del arte, en lugar de las palabras, es el reto que proponemos con este concurso”.
Entre las muchas obras destacadas, Carolina, una profesora jubilada de 57 años que redescubrió la ilustración botánica tras su jubilación, obtuvo el primer lugar.
"Cuando me jubilé, tuve tiempo para volver a dibujar"
Carolina siempre tuvo interés en el arte, pero, como muchos creativos, encontró difícil combinar su pasión con su carrera profesional.
“De joven hice un curso de fundamentos artísticos, pero me preocupaba no ser lo suficientemente creativa como para completar una carrera en arte y, sobre todo, cómo conseguir trabajo después. Necesitaba trabajar”, comenta.
Así que dejó de lado sus aspiraciones artísticas, estudió biología y geografía, y construyó una carrera de 30 años como profesora de ciencias ambientales.
“No dibujé durante mucho tiempo porque estaba ocupada enseñando y criando a mis dos hijas”, dice Carolina. “Pero al jubilarme, pude retomar mis lápices y volver a observar lo que me rodeaba para empezar a dibujar de nuevo”.
"La ilustración botánica une la ciencia y el arte"
Aunque la ilustración botánica es una disciplina de nicho, Carolina explica que fue algo natural para ella. Como amante de la naturaleza, pasa mucho tiempo practicando senderismo y ciclismo en paisajes locales, inspirándose en la flora que encuentra.
“Simplemente comencé a ilustrar lo que tenía a mi alrededor”, afirma.
Además, tras jubilarse, trabajó a tiempo parcial en un centro de educación al aire libre, donde su interacción con áreas boscosas y libros de identificación de plantas avivaron su interés por esta forma de arte.
Explica que la ilustración botánica es tanto científica como artística, algo que conectó con su experiencia como profesora. “Mientras que el ‘arte botánico’ busca crear imágenes bellas, la ‘ilustración botánica’ se centra en mostrar las características distintivas de las especies. Es una forma de disección visual que une la ciencia con el arte”.
"Hacer cosas nuevas da confianza y te mantiene activo"
Carolina no se conformó con dibujar, sino que quiso aprender más, por lo que asistió a cursos especializados en un centro de educación para adultos, donde conoció a reconocidos ilustradores que la introdujeron en diversos grupos creativos.
Además, se inscribió en un diploma de aprendizaje a distancia de 27 meses, obteniendo las máximas calificaciones. Su trabajo aún se utiliza como ejemplo en la página informativa del curso.
“Como profesora, siempre estaba aprendiendo algo nuevo. Es algo natural para mí. Pero nunca imaginé que esto me llevaría al papel de artista residente. Mi único objetivo era aprender y mejorar”.
"Ganar el concurso fue emocionante e inesperado"
Carolina supo del concurso a través de una revista mensual. Aunque al principio dudó, decidió participar con una obra que representaba flores de finales de verano, utilizando lápices de colores, su medio favorito por su precisión y vibrancia.
El resultado impresionó a los jueces, quienes destacaron su capacidad para capturar el espíritu de un jardín de verano tardío.
Cuando recibió la llamada notificándose que había ganado, estaba de excursión con su marido. “Fue emocionante, pero también me hizo pensar: ‘Ahora tengo que hacerlo realidad’”.
"La jubilación es un momento para explorar tus pasiones"
Carolina ahora combina su amor por la ilustración con su experiencia docente, impartiendo cursos de un día para futuros ilustradores botánicos. Además, sigue disfrutando de actividades al aire libre y nuevos retos personales.
Para quienes consideran explorar una pasión durante la jubilación, Carolina aconseja: “Simplemente hazlo. La jubilación te da tiempo para descubrir tus intereses y unirte a comunidades que ni siquiera sabías que existían”.
Con estas palabras, Carolina demuestra que la jubilación no es el final, sino el comienzo de un camino lleno de aprendizajes y nuevas aventuras.