Con el paso del tiempo, es común que las personas mayores requieran de asistencia en su vida diaria. En este contexto, los cuidadores juegan un papel fundamental. Existen diferentes tipos de cuidadores, y su elección dependerá tanto de las necesidades del adulto mayor como de la relación que tengan con él y de si son profesionales o no.
En este artículo te explicamos los diferentes tipos de cuidadores para personas mayores, para que puedas elegir la opción más adecuada para tu ser querido.
¿Qué es un cuidador para personas mayores?
Un cuidador es la persona que asume la responsabilidad de ayudar al adulto mayor en aquellas actividades que ya no puede realizar por sí mismo. Esta figura suele ser alguien del círculo cercano, como un hijo o nieto, aunque también pueden ser profesionales contratados para brindar cuidados especializados. Estos cuidadores profesionales, además de ayudar con las tareas del día a día, también pueden ser un apoyo esencial para las familias que necesitan asistencia extra.
Tipos de cuidadores para personas mayores
Existen diferentes modalidades de cuidadores, y a continuación te detallamos los más comunes:
Cuidador profesional
El cuidador profesional es aquel que ha recibido formación específica para el cuidado de personas mayores o dependientes. Esta persona, a cambio de una remuneración, ofrece sus servicios para asistir al adulto mayor, aunque no exista un vínculo familiar. Contratar un cuidador profesional es una excelente opción cuando se requiere de un apoyo especializado y constante.
Cuidador informal
Este cuidador es normalmente un miembro de la familia o del entorno cercano que, sin ser profesional, se encarga de asistir al adulto mayor en su día a día de forma ocasional. Aunque su apoyo no es constante, juega un papel importante en la red de cuidados del anciano.
Cuidador familiar
El cuidador familiar suele ser un hijo, nieto u otro pariente cercano. Su labor puede abarcar desde el acompañamiento a citas médicas hasta la supervisión constante de las necesidades del adulto mayor. Es una figura clave para aquellos que prefieren mantener los cuidados en el seno familiar.
Cuidador a domicilio
Estos cuidadores se desplazan al hogar del adulto mayor para ayudarlo con las tareas del día a día, como la preparación de comidas, la limpieza o la administración de medicamentos. Este tipo de servicio ofrece la ventaja de que la persona mayor no tiene que abandonar su hogar para recibir la asistencia que necesita.
Cuidadores voluntarios
Los cuidadores voluntarios ofrecen su tiempo y ayuda sin esperar una remuneración a cambio. Aunque su participación suele ser más limitada, pueden proporcionar compañía y apoyo emocional al adulto mayor, contribuyendo a mejorar su bienestar.
Beneficios de contar con un cuidador para adultos mayores
Tener a un cuidador de confianza trae múltiples beneficios tanto para la persona mayor como para sus familiares. Algunos de ellos son:
Mayor independencia: El cuidador ofrece la ayuda necesaria para que el adulto mayor pueda seguir viviendo en su hogar de manera independiente.
Compañía y apoyo emocional: La presencia de un cuidador ayuda a reducir la soledad y el aislamiento que muchas veces sienten las personas mayores.
Detección de cambios en el estado de salud: Un cuidador, especialmente si es profesional, puede detectar cambios en la salud o en los hábitos del adulto mayor, alertando a la familia o al personal médico si es necesario.
Tranquilidad para la familia: Contar con un cuidador profesional brinda paz mental a los familiares, quienes pueden estar seguros de que su ser querido está bien atendido.
Requisitos para ser cuidador
Para ser cuidador, los requisitos dependerán de si se trata de un profesional o un cuidador familiar.
Cuidador profesional: En algunos países, es necesario contar con una formación específica, como un título de técnico en cuidados auxiliares de enfermería. Este tipo de formación garantiza que el cuidador está preparado para asistir adecuadamente a las personas mayores.
Cuidador familiar: En el caso de los cuidadores no profesionales, suelen ser familiares directos, como hijos o nietos. En situaciones excepcionales, otras personas cercanas al adulto mayor pueden asumir este rol si lo justifica un informe social.
El cuidado del cuidador
Cuidar de una persona mayor puede ser una tarea agotadora tanto física como emocionalmente. Por ello, es fundamental que los cuidadores también cuiden de sí mismos. Algunas recomendaciones son:
Aceptar las limitaciones: Es importante entender que no siempre se puede llegar a todo. El tiempo y los recursos son limitados, y es esencial reconocer cuándo pedir ayuda.
Buscar apoyo emocional: Hablar con alguien de confianza sobre las dificultades y frustraciones puede ser un gran alivio y ayudar a sobrellevar mejor el día a día.
Dedicarse tiempo a uno mismo: Tomarse un descanso es fundamental para evitar el agotamiento. Dedicar unas horas al día para hacer algo que disfruten es clave para mantener un buen estado de ánimo.
Conclusión
El trabajo de los cuidadores para personas mayores es invaluable, pero también puede ser agotador. Contar con el apoyo de un cuidador profesional puede aliviar muchas de las cargas que implican los cuidados diarios. También, es importante recordar que existen opciones como la teleasistencia, que ofrecen una supervisión constante, brindando tranquilidad a las familias.