El cáncer colorrectal es un tipo de tumor maligno que aparece en el colon o el recto, generalmente originado a partir de una lesión previa conocida como pólipo.
Se trata del tipo de cáncer más común diagnosticado en España en ambos sexos, y ocupa el segundo lugar en frecuencia tanto en hombres como en mujeres.
Aunque no se conoce con exactitud la causa de este tipo de cáncer, se han identificado ciertos factores que incrementan el riesgo de desarrollarlo:
Edad: El riesgo aumenta significativamente a partir de los 50 años.
Historial familiar: Tener familiares con antecedentes de cáncer colorrectal eleva las probabilidades, especialmente si se trata de parientes de primer grado o si fueron diagnosticados a una edad temprana.
Antecedentes personales: Haber tenido pólipos en el colon o antecedentes de este tipo de cáncer.
Enfermedades inflamatorias intestinales: Como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn.
Factores genéticos: Alteraciones en determinados genes asociados a síndromes hereditarios, como la Poliposis Adenomatosa Familiar o el Síndrome de Lynch.
Estilo de vida y alimentación: Dietas ricas en grasas, carnes rojas o procesadas y pobres en fibra, así como el sedentarismo, la obesidad y el consumo de tabaco y alcohol.
Síntomas más comunes
El cáncer colorrectal puede pasar desapercibido en sus etapas iniciales, pero algunos de los síntomas más frecuentes incluyen:
Alteraciones en el hábito intestinal, como diarrea o estreñimiento.
Sensación de evacuación incompleta.
Sangre en las heces, ya sea de color rojo o negra.
Dolor abdominal persistente y sensación de hinchazón.
Pérdida de peso inexplicable.
Fatiga o debilidad prolongada.
Prevención y detección precoz
Adoptar un estilo de vida saludable es clave para reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad:
Mantener una dieta rica en fibra, frutas y verduras, y limitar el consumo de grasas y carnes rojas o procesadas.
Realizar actividad física de forma regular y evitar el sobrepeso.
No fumar y moderar el consumo de alcohol.
Además, participar en programas de cribado puede marcar la diferencia. Estos programas buscan identificar y tratar precozmente el cáncer colorrectal mediante la detección de pólipos antes de que se conviertan en tumores malignos.
El cribado, dirigido a personas de entre 50 y 69 años, consiste en realizar periódicamente un test de sangre oculta en heces. Esta prueba es sencilla, indolora y se realiza desde casa siguiendo las instrucciones proporcionadas.
¿Qué ocurre tras el test?
Resultado negativo: No se detecta sangre en las heces, lo que suele ser normal. Es recomendable repetir el test cada dos años.
Resultado positivo: Indica la presencia de sangre, que puede deberse a diversas causas, como hemorroides o pólipos. En este caso, se recomienda una colonoscopia para determinar el origen del sangrado.
La colonoscopia, realizada bajo sedación para mayor comodidad, permite examinar el interior del colon y, si es necesario, tomar muestras o extirpar lesiones. El análisis de estas muestras confirmará el diagnóstico y guiará el tratamiento más adecuado.
Gracias a estas estrategias, no solo se detecta el cáncer en fases tempranas, aumentando las posibilidades de éxito en el tratamiento, sino que también se puede prevenir su aparición.