España es reconocida por la calidad y tradición de sus vinos, los cuales no solo son parte fundamental de su cultura gastronómica, sino también un atractivo turístico que atrae a enoturistas de todo el mundo. Aquí te proponemos un recorrido por algunas de las bodegas más emblemáticas del país, donde podrás degustar sus mejores vinos, conocer sus paisajes y empaparte de la historia vinícola de cada región.
Celler Frisach (Tarragona, Cataluña)
Situada en Terra Alta, esta bodega destaca por su enfoque en la producción artesanal y su respeto por el entorno histórico en el que se encuentra, el cual fue escenario de la Guerra Civil. Los hermanos Joan y Francesc Frisach decidieron en 2016 elaborar sus propios vinos en lugar de vender sus uvas a otras bodegas. Ofrecen una experiencia única llamada “Vinos en la trinchera”, donde, además de degustar sus productos, los visitantes pueden recorrer lugares históricos y descubrir la influencia de la guerra en la zona.
Territorio Albariza (Cádiz, Andalucía)
En Cádiz, los vinos de Jerez viven un renacimiento con un regreso a las antiguas prácticas en el viñedo y la utilización de variedades de uvas menos comunes. Bodegas como Luis Pérez impulsan este movimiento, ofreciendo vinos que expresan el carácter único de los suelos de albariza. Con variedades como la rey o la tintilla, los vinos de esta región brindan una gama de sabores que hablan de la historia y el carácter del sur de España.
Ruta del Vino Somontano (Aragón)
El Somontano es famoso por sus paisajes y su creciente oferta de vinos elaborados con variedades autóctonas como la Garnacha o la Macabeo. La Ruta del Vino Somontano es una experiencia completa que incluye catas de vinos en bodegas locales, recorridos culturales y hasta festivales como el Festival del Vino, que combina enología con arte y cultura. La belleza de esta región y la calidez de sus gentes hacen de este un destino ideal para el enoturismo.
Bodega Vitheras (Carballo, Asturias)
Carlos Ron es uno de los impulsores de la viticultura en Asturias, produciendo vinos a partir de variedades locales en un entorno desafiante. Situada en el pueblo de Carballo, Vitheras destaca por su uso de variedades como el Albarín blanco y la Mencía, que se benefician de las condiciones únicas de sol y baja pluviometría de la región. Los vinos de Vitheras representan la pasión y el esfuerzo de viticultores dedicados a preservar la herencia vitícola asturiana.
Suertes del Marqués (Tenerife, Islas Canarias)
Esta bodega del Valle de la Orotava ha jugado un papel fundamental en la proyección internacional de los vinos canarios. Destacan por su sistema de cultivo en cordón trenzado, único en el mundo, que consiste en formar largas trenzas con los brazos de las viñas. Con tintos y blancos de variedades locales, Suertes del Marqués ha conseguido un lugar destacado en la enología mundial, ofreciendo vinos que expresan el terroir volcánico de las islas.
Finca Villacreces (Quintanilla de Onésimo, Castilla y León)
Situada en la famosa “Milla de Oro” de Ribera del Duero, Finca Villacreces combina la riqueza del clima y los suelos franco-limosos con una altura privilegiada para producir vinos de gran calidad. Su vino insignia, "Nebro", proviene de un viñedo casi centenario y es un ejemplo sobresaliente de la viticultura en Ribera del Duero. Rodeada de un paisaje natural de pinos y encinas, esta finca es un paraíso para los amantes del vino y la naturaleza.
Cada una de estas bodegas ofrece una experiencia única, donde se mezcla la historia, la cultura y la pasión por el vino, brindando una oportunidad para conocer más de cerca el arte de la vinificación en España.
Bodegas Mendoza (Alfaz del Pi, Alicante)
El responsable de una de las bodegas más representativas del Mediterráneo valenciano pasó largos años en el viñedo familiar observando los cambios, como el climático, y buscando maneras de preservar la frescura de los vinos sin perder la esencia del Mare Nostrum. Después de más de 25 años de experiencia, decidió emprender su propio camino, lo que él mismo describe como su "proyecto de vida" al que se retirará. Este nuevo proyecto recibe el nombre de Casa Agrícola, aunque seguirá vinculado a la bodega familiar que tanto le ha dado.
Con una base científica sólida, ha experimentado enológico y decididamente, buscando la frescura y la expresión frutal a través de la cantidad de nitrógeno en las plantas y su capacidad para retener el azúcar, clave para la fermentación alcohólica. Este proceso se culmina con una cosecha en el momento óptimo, que se traduce en la llamada "fruta fresca", fundamental para mantener las cualidades del vino. Gracias a esta filosofía, ha lanzado vinos con su sello personal, como un original blanco de Moscatel, un tinto con Monastrell y Alicante Bouschet dentro de la línea "Pureza", y un futuro fondillón con soleras en preparación.
Vino de Pitarra (Extremadura)
El vino de pitarra es uno de esos productos tradicionales de los que se habla mucho, pero se conoce poco. Su nombre proviene del recipiente, una tinaja de barro en la que históricamente se elaboraban y criaban los vinos en Extremadura. Estos, generalmente blancos elaborados con variedades autóctonas como Macabeo o Pedro Ximénez, son conocidos por su volumen alcohólico y su carácter robusto. También existen versiones tintas o rosadas, con variedades como Garnacha y Bobal.
Los vinos de pitarra más conocidos provienen de regiones como Tierra de Barros, Las Villuercas, y la Sierra de Gata, aunque se pueden encontrar también en áreas limítrofes de provincias como Ávila o Toledo y en el Alentejo portugués, donde se conoce como "vinho de talha". Para disfrutar de estos vinos, lo mejor es visitar pequeñas bodegas familiares que se encuentran dispersas por la hermosa geografía extremeña.
Coto de Gomariz (Leiro, Galicia)
Gomariz, el coto vitícola más antiguo de la Península, tiene una historia que se remonta al siglo VIII. A lo largo de los siglos, pasó por diferentes manos, hasta llegar a los viticultores actuales. En los años 80, Ricardo Carreiro Ameijeiras modernizó la bodega, centrándose en las uvas autóctonas del Ribeiro. Su hijo, Ricardo Carreiro Álvarez, continuó con la modernización, introduciendo al enólogo Xose Lois Sebio, lo que llevó a la bodega a nuevas alturas.
Con viñedos ecológicos desde 2004 y una disposición inspirada en el modelo borgoñón, Coto de Gomariz se ha destacado por sus vinos innovadores y su recuperación de la tradición de tintos en Ribeiro. Vinos como "Cuvée Caco" y "Seica" han sido fundamentales en su éxito, junto con otros como "The Flower and the Bee", que representan la entrada de la bodega en el mercado con vinos más accesibles.
Marqués de Murrieta (Logroño, La Rioja)
En 1852, Don Luciano Murrieta, tras su paso por Burdeos, elaboró el primer vino Rioja de la historia. Fue visionario, ya que comprendió desde el inicio que sus vinos, con el envejecimiento adecuado, podrían ser exportados. La sede de esta bodega histórica se encuentra en el Castillo Ygay, un edificio industrial de gran valor, rodeado de 300 hectáreas de viñedos.
Con vinos de gran prestigio, como "Castillo Ygay 2020", reconocido como el mejor vino del mundo por Wine Spectator, Marqués de Murrieta se ha consolidado como uno de los pilares del Rioja, manteniendo siempre un equilibrio entre tradición e innovación.
Barrio de la Estación (Haro, La Rioja)
En el histórico Barrio de la Estación de Haro, se encuentran siete bodegas de gran renombre, entre ellas algunas con más de 100 años de historia. Esta zona, que nació en el siglo XIX en torno a una línea ferroviaria para facilitar el transporte de vino a Francia, se ha convertido en un lugar de interés turístico. Aquí, se pueden encontrar bodegas que combinan estructuras antiguas con la modernidad de sus vinos, creando una experiencia única para los visitantes.
Bodega Marañones (Pelayos de la Presa, Madrid)
En la Sierra de Gredos, una de las regiones vinícolas más destacadas de España, se encuentra Bodega Marañones, un proyecto iniciado en 2008 para recuperar viñedos olvidados. Situada en el entorno de San Martín de Valdeiglesias, una zona que en el pasado fue famosa por sus vinos, la bodega trabaja con viejas cepas de Garnacha y Albillo, cultivadas en suelos arenosos y pedregosos. Hoy en día, Marañones forma parte de un grupo bodeguero que también posee viñedos en otras regiones de España, como Ribera del Duero.
Bodegas Castaño (Yecla, Murcia)
La familia Castaño ha sido pionera en la elaboración de vinos de calidad en la región de Yecla. Tras años de trabajo, la bodega se ha consolidado como uno de los grandes exponentes de la Monastrell en los mercados internacionales. Con viñedos que abarcan cerca de 600 hectáreas, la bodega ha creado vinos tan reconocidos como "Hécula" y "Castaño Colección", que han puesto a Yecla en el mapa vinícola mundial.
Príncipe de Viana (Murchante, Navarra)
Desde su fundación hace más de 30 años, Príncipe de Viana ha apostado por la innovación y el compromiso medioambiental. Localizada en Murchante, Navarra, la bodega destaca por su responsabilidad social y su enfoque en la eficiencia en el uso de recursos. Además de elaborar vinos de excelente relación calidad-precio, Príncipe de Viana también colabora con organizaciones humanitarias, demostrando que la viticultura puede ir de la mano del compromiso social.
Telmo Rodríguez (País Vasco)
Telmo Rodríguez es un enólogo que ha dedicado su vida a la recuperación de viñedos olvidados por toda España. Con su socio Pablo Eguzkiza, ha trabajado en diversas regiones como Toro, Rueda, Rioja Alavesa, y Gredos, en busca de viñas singulares que den lugar a vinos únicos. Su enfoque en la viticultura sostenible y su labor para dar prestigio a zonas olvidadas ha convertido a Rodríguez en uno de los referentes de la viticultura moderna en España.