Cuando se trata de liquidar los productos bancarios tras un divorcio, es importante contar con una orientación adecuada. En este artículo, te explicamos cómo gestionar el reparto de cuentas bancarias y otros activos en este contexto.
Tramitación de Divorcios en España
Es recomendable intentar llegar a un acuerdo con tu pareja sobre la distribución del dinero antes de tomar decisiones legales.
Cuentas Bancarias y Depósitos
Las cuentas bancarias son fáciles de liquidar, pero su reparto puede variar. En el caso de cuentas conjuntas, normalmente se reparte el saldo al 50% entre los cónyuges, a menos que se acuerde un porcentaje diferente.
Por otro lado, los depósitos requieren cancelación y pueden estar sujetos a comisiones. Tras esa gestión, el saldo restante se dividirá igualmente o según lo acordado.
Es aconsejable realizar la liquidación de bienes gananciales al iniciar el proceso de divorcio. Si se postergan estas decisiones, pueden surgir complicaciones debido a cambios en la relación.

Dinero en Cuentas Conjuntas
En un matrimonio bajo separación de bienes, se asume que el dinero en cuentas conjuntas pertenece por igual a ambos cónyuges, salvo que se pruebe lo contrario.
Dinero en Régimen de Gananciales
Para matrimonios en régimen de gananciales, el dinero acumulado durante el matrimonio es considerado común. Esto aplica independientemente de si la cuenta está a nombre de uno o ambos cónyuges.
Los tribunales han establecido que lo relevante es el origen de los fondos, no quién es el titular. Si uno de los cónyuges puede demostrar que parte del saldo es privativo, podrá reclamar su recuperación.
Claves Sobre Cuentas Bancarias en un Divorcio
La titularidad conjunta no garantiza derechos de propiedad sobre el saldo.
Se presume copropiedad, pero el origen de los fondos es clave.
Los cónyuges deben demostrar sus aportaciones si hay discrepancias.
Las indemnizaciones por despido son consideradas privativas.
La titularidad en una cuenta no implica que el saldo sea propiedad del titular.
Un ingreso de dinero privativo en una cuenta común no implica donación sin pruebas.
Las retiradas de dinero sin consentimiento pueden ser reclamadas por el cónyuge afectado.
Fondos de inversión y acciones se dividen en partes iguales, a menos que se acuerde lo contrario.
Las deudas de tarjetas de crédito son compartidas y deben liquidarse antes de cerrar cuentas.
Los acuerdos deben ser claros para evitar futuros conflictos.

Conclusión
El tratamiento de las cuentas bancarias y otros activos en un divorcio puede ser complejo. Contar con asesoramiento legal puede facilitar el proceso y ayudar a garantizar que se respeten los derechos de ambas partes.
Si necesitas más información o asesoría sobre divorcios, no dudes en contactar con un profesional especializado.