Según las estadísticas, cada año unas 120,000 personas sufren un ictus y 25.000 fallecen por esta causa.
Un ictus puede provocar una amplia gama de efectos físicos y mentales a largo plazo debido a las lesiones en el cerebro. Por esta razón, no es extraño sentirse abrumado o asustado ante la idea de cuidar a alguien que está recuperándose de un ictus.
Con esto en mente, hemos recopilado siete consejos para ayudarte en este proceso.
¿Qué es un ictus?
Un ictus ocurre cuando un vaso sanguíneo que transporta oxígeno y nutrientes al cerebro se rompe (ictus hemorrágico) o se bloquea por un coágulo (ictus isquémico). Ambos tipos interrumpen el suministro de sangre al cerebro.
También existen los ataques isquémicos transitorios (AIT), conocidos como mini-ictus. Son el resultado de una interrupción temporal del flujo sanguíneo al cerebro. Aunque los síntomas suelen resolverse en 24 horas, un AIT puede ser un precursor de un ictus más grave y nunca debe ignorarse.
¿Qué causa un ictus?
Las personas mayores de 55 años son las más susceptibles a sufrir un ictus, ya que las arterias se endurecen y estrechan con la edad, lo que puede restringir el flujo sanguíneo (y, por tanto, el oxígeno) al cerebro. Sin embargo, hay otros factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad, como:
Historial familiar: Si un pariente cercano (padres, abuelos o hermanos) ha tenido un ictus.
Historial médico: Si has tenido un ictus, un AIT o un ataque cardíaco previamente.
Condiciones médicas: Como enfermedades cardíacas, hipertensión y diabetes.
Factores étnicos: Algunas personas de ascendencia africana, caribeña o del sur de Asia pueden estar en mayor riesgo debido a la prevalencia de hipertensión y diabetes en estas poblaciones.
Estilo de vida: Hábitos como fumar, el consumo excesivo de alcohol y la obesidad.
¿Cuáles son algunos de los efectos de un ictus?
Los efectos de un ictus varían según la persona. Para algunos, puede ser relativamente leve, mientras que para otros puede dejar problemas graves y duraderos.
Los efectos más comunes incluyen:
Problemas físicos: Como debilidad muscular, parálisis, rigidez o cambios en la sensibilidad, generalmente en un lado del cuerpo, que dificultan caminar, tragar o mover los brazos.
Dificultades para comunicarse: Aproximadamente un tercio de los sobrevivientes de ictus tienen problemas para hablar, escribir, leer o comprender lo que se les dice.
Cansancio y fatiga: La mayoría de los sobrevivientes experimentan agotamiento, lo que dificulta las actividades cotidianas.
Problemas cognitivos: El ictus puede afectar la memoria, la concentración y la capacidad para resolver problemas.
Cambios emocionales: La experiencia puede ser repentina y traumática, causando ansiedad, depresión y frustración.
Cambios en el comportamiento: Las lesiones cerebrales o el estrés emocional pueden ocasionar agresividad, falta de motivación o irritabilidad.
7 consejos para cuidar a alguien después de un ictus
A continuación, te ofrecemos algunas ideas para facilitar la vida diaria y apoyar a la persona que cuidas.
Infórmate sobre los efectos del ictus El ictus puede provocar una variedad de problemas físicos y mentales a largo plazo. Aprender sobre estas posibles consecuencias y cómo pueden afectar la vida de una persona te ayudará a desempeñar mejor tu rol como cuidador.
Participa en su rehabilitación La rehabilitación busca ayudar a la persona a recuperar habilidades perdidas. Puedes colaborar en su proceso practicando con ella los ejercicios indicados en casa, lo que fomenta su progreso.
Ofrece apoyo emocional El ictus puede causar sentimientos de pérdida y frustración. Escuchar y estar presente puede ayudar a la persona a sobrellevar estos cambios.
Adapta la comunicación a sus necesidades Si la persona tiene dificultades para comunicarse, busca formas alternativas como gestos, escritura o herramientas tecnológicas.
Sé consciente de los cambios de humor y comportamiento Los cambios de personalidad son comunes tras un ictus. Mantén la calma, sé paciente y busca ayuda profesional si resulta difícil de manejar.
Celebra sus progresos Reconoce cada pequeño avance en su recuperación para motivarlos a continuar esforzándose.
Cuida de ti mismo también Cuidar a alguien puede ser estresante. Dedica tiempo a tus propios intereses y bienestar, porque solo así podrás cuidar mejor de los demás.