El término ‘generación sándwich’ se refiere a aquellos que cuidan y/o apoyan tanto a sus padres como a sus hijos al mismo tiempo. Esto puede ser de manera práctica, financiera, emocional, o una combinación de las tres. Normalmente, quienes asumen este cuidado se encuentran en sus 40, 50 y 60 años, y no es raro que tengan nietos, suegros u otros familiares mayores a su cargo también.
La generación sándwich no es un fenómeno nuevo; las familias multigeneracionales han existido durante años, a veces con todas las generaciones viviendo bajo el mismo techo. En muchas culturas, aún lo hacen, aunque, con el paso del tiempo, se ha vuelto más común que las familias vivan separadas.
Sin embargo, una de las principales razones por las que la generación sándwich sigue creciendo (y por las que las familias multigeneracionales terminan reuniéndose nuevamente bajo el mismo techo) es que las personas ahora viven más tiempo que nunca. A pesar de que vivimos más años debido a los avances en sanidad y medicina, no necesariamente estamos llevando vidas más saludables. Por lo tanto, no es raro que las personas se vean en la situación de cuidar a sus padres mayores durante una década o más.
Además, los hijos permanecen en casa durante más tiempo, a menudo hasta sus 20 o 30 años. Algunos se van a la universidad, pero luego regresan tras terminar sus estudios o después de una ruptura sentimental. Esto suele deberse a los elevados precios de los alquileres y al alto coste de vivir solo. Así que no solo se están volviendo más comunes las situaciones de ‘generación sándwich’, sino que estas se alargan durante más años.
Aunque es natural querer estar allí para cuidar y apoyar a la familia, tratar de equilibrar las necesidades de todos puede ser estresante. Por ello, es importante que quienes cuidan también cuiden de su propia salud física y mental.
A continuación, vamos a examinar más de cerca cómo equilibrar las necesidades de tus padres, hijos (e incluso nietos) mientras encuentras maneras de afrontar esta situación.
¿Cómo puedo equilibrar mis propias necesidades con las de mis padres e hijos?
Deja ir la culpa y busca soluciones proactivas en su lugar
Cuando somos más jóvenes y pensamos en cuidar a nuestros padres en su vejez, asumimos que siempre estaremos cerca. En algunos casos, esto puede ser cierto (y hasta pueden vivir con nosotros), pero en muchos otros, las personas terminan viviendo a cierta distancia de sus padres, quizás incluso en otro país.
Cuando esto ocurre, es natural sentirse culpable por no estar más cerca y desear poder estar allí para apoyarles. Pero si no puedes estar físicamente allí, o si lo estás pero te resulta difícil, es importante no castigarte.
En lugar de ello, trata de averiguar qué servicios de apoyo están disponibles localmente. Organizar ayuda en casa o con actividades como asistir a citas médicas o hacer la compra son sólo algunos ejemplos de los servicios que ofrecen los cuidados a domicilio.
Si otro miembro de la familia es el principal cuidador de tus padres mayores, tal vez puedas ofrecerles un respiro de vez en cuando, ya sea invitando a tus padres a quedarse contigo por un tiempo o organizando un viaje para ir a quedarte allí. Un cambio de escenario y/o compañía puede ser algo positivo para todos los involucrados.
Alternativamente, si hay otros familiares que están en mejor posición para ayudar, como tus hijos adultos, tal vez puedan ir a quedarse con sus abuelos un tiempo para echar una mano.
Conectar con los padres mayores en un nivel más allá del aspecto práctico
Cuidar de los padres mayores no solo se centra en los aspectos físicos del cuidado, como cocinar y hacer tareas del hogar, sino también en los aspectos emocionales. Cuando tienes tanto que organizar y pensar, puede ser fácil pasar por alto esto y olvidar cómo era simplemente sentarse a disfrutar de una comida con tus padres o reír juntos. Pero ese tiempo juntos, donde puedes ser solo hijo o hija (en lugar de cuidador), es importante para vuestra relación.
Esto podría significar tomarte tiempo para sentarte y hablar con tus padres, o salir a dar un paseo o comer fuera. Si salir es complicado, quizás podrías hacer algo en casa como armar rompecabezas, navegar por Internet o aprender nuevas habilidades (como un idioma).
También puede ser útil fomentar el ejercicio siempre que sea posible. Si están dispuestos y vives lo suficientemente cerca, quizás podrías hacer caminatas semanales juntos.
Si no puedes ver a tus padres, las llamadas telefónicas o videollamadas regulares serán siempre apreciadas. Si hace tiempo que tus hijos no hablan con sus abuelos, valdría la pena animarlos a ponerse en contacto también. O tal vez podrías enviar cartas o pequeños regalos: solo cositas para hacerles sonreír.
Internet también es una gran herramienta para ayudarles a mantenerse conectados. Si aún no están en línea, puedes ayudarles a configurar su conexión a Internet. Esto puede organizarse a distancia si es necesario y no solo les ayudará a mantenerse en contacto, sino que también les proporcionará una mayor sensación de independencia y control.
Considera todas las opciones de cuidado para tus padres mayores
Cuando consideres qué tipo de cuidado y apoyo necesitan tus padres, vale la pena evaluar todas las opciones, incluyendo si es práctico o posible que se muden a vivir contigo y cómo esto afectaría al resto de los miembros de tu hogar.
Para tener en cuenta las opiniones de todos, lo mejor es convocar una reunión familiar para discutir la situación. Otras opciones pueden incluir cuidados a domicilio, cuidados nocturnos o cuidados para la convalecencia.
Gestiona las expectativas de los demás y fomenta la unión siempre que sea posible
Si cuidas de tus padres mayores y tienes hijos o nietos (de cualquier edad) que también necesitan tu atención, es normal sentirse dividido. Esto ocurre ya sea que estés cuidando a un niño pequeño que necesita comida, ayuda con los deberes o que lo recojas del colegio, o que tengas hijos adolescentes o adultos que necesiten apoyo financiero, en la crianza de sus propios hijos o en la dirección de su vida y carrera.
Cuando se trata de equilibrar el apoyo a tus padres y a tus hijos, la paciencia y comprensión son clave. Si no puedes ir a recoger a tu nieto del colegio porque tienes que llevar a un padre mayor a su cita médica, es importante comunicar esto a tu hijo y hacerle saber que estás haciendo todo lo posible.
De la misma manera, si tienes que organizar apoyo adicional para tus padres porque no puedes hacer frente a todo por ti mismo, es importante explicarles que no lo haces porque no quieras estar allí para ellos, sino porque ambos se benefician del apoyo extra.
También puede ser útil intentar reunir a tus padres e hijos siempre que sea posible, para que nadie se sienta excluido (y esto también puede ayudarte si te sientes dividido). Los abuelos y los nietos suelen tener una relación especial que a menudo se pasa por alto hasta que es demasiado tarde. Fomentar el tiempo juntos puede ser positivo para todos.
Los hijos mayores/adultos también pueden ayudar a apoyar a los abuelos. Actividades sencillas como visitarlos para charlar y tomar un té, o hacer algo de jardinería o la compra, son buenas maneras de involucrar a los hijos mayores/adultos.
Si tus padres mayores viven contigo y necesitan cuidados constantes, no tengas miedo de pedir a los hijos mayores/adultos que se queden con ellos mientras no estés. Esto no solo les proporcionará tiempo importante juntos, sino que también te dará un respiro.
Evita los conflictos estableciendo límites y haciendo tiempo para escucharse mutuamente
Cuando divides tu tiempo entre personas que te necesitan, es natural que puedan surgir conflictos o malentendidos. Esto generalmente se puede suavizar siendo lo más abierto y honesto posible, y haciendo tiempo para hablar y escucharse mutuamente.
Si sientes que no has pasado mucho tiempo con tus hijos últimamente debido a tus responsabilidades de cuidado, puedes reservar un tiempo para hacerlo, lo cual puede implicar organizar cuidado alternativo para tus padres. El tiempo de calidad es importante y también puede ser una oportunidad para que todos expresen lo que sienten.
Si hay tensiones entre tú y tus hijos, y sospechas que están relacionadas con la situación de cuidado, es recomendable preguntarles sobre ello y trabajar juntos para encontrar soluciones. Si no se abren contigo, los abuelos pueden jugar un papel importante, ya que los niños podrían sentirse más dispuestos a hablar con ellos que con sus propios padres sobre cómo se sienten. Puede que haya momentos en los que no se pueda encontrar una solución, pero a veces simplemente hablar sobre los problemas puede aliviar una situación difícil.
Establecer límites también es una buena manera de evitar conflictos. Si tus padres viven contigo y tu familia, recordarle suavemente a los demás miembros de la familia que toquen la puerta antes de entrar en la habitación de tus padres puede ayudar.
Esto también se aplica cuando necesitas tiempo para ti mismo. Quien cuida o apoya a los demás debe tomarse un descanso de vez en cuando, y nadie debería resentirse.
8 consejos para gestionar el estrés de la generación sándwich
Accede a tu red de apoyo Si eres el cuidador principal de tus padres o familiares mayores, no dudes en pedir ayuda. Apóyate en tus familiares, amigos y en cualquier red de apoyo que tengas. Es posible que te sorprendas de lo dispuesto que está tu círculo cercano a colaborar.
Haz tiempo para ti mismo Aunque parezca difícil encontrar tiempo para ti cuando estás cuidando a los demás, tomar un descanso es crucial. Incluso una pequeña pausa puede ser refrescante.
Establece límites claros Es importante ser honesto contigo mismo y con los demás sobre tus capacidades. A veces, decir "no" es necesario para proteger tu salud mental y emocional.
Mantén una rutina de autocuidado Tener tiempo para hacer ejercicio, comer bien y descansar es esencial. Prioriza tu bienestar.
Sé realista sobre tus expectativas Es fácil ponerse demasiadas expectativas al intentar equilibrar todo, pero recuerda que no puedes hacerlo todo a la perfección. Acepta que está bien no ser capaz de cumplir todas las demandas al mismo tiempo.
Mantén la comunicación abierta Habla con tus seres queridos sobre lo que necesitas y cómo te sientes. Esto incluye a tus padres, hijos, pareja y otros miembros de la familia.
Busca ayuda profesional si es necesario Si sientes que el estrés es abrumador, considera hablar con un terapeuta o consejero especializado en el cuidado de adultos mayores.
Haz tiempo para reír y disfrutar Es importante encontrar momentos para disfrutar de la vida. No todo tiene que ser trabajo o responsabilidad. El humor y la diversión pueden ser un alivio importante.
En resumen, cuidar de las generaciones anteriores y siguientes puede ser complicado y demandante, pero con una planificación adecuada, un enfoque en la comunicación y el establecimiento de límites, puedes lograr un equilibrio saludable que beneficie a toda la familia.