¿Alguna vez has sentido mariposas en el estómago cuando estás nervioso o emocionado? ¿O has notado que lo que comes influye en tu estado de ánimo? Estas sensaciones son el resultado de la conexión intestino-cerebro, que explica cómo nuestra salud digestiva y mental están intrínsecamente conectadas.
Aquí veremos más de cerca cómo están conectados el intestino y el cerebro, y cómo esto puede influir en la salud.
¿Qué es la conexión intestino-cerebro?

La conexión intestino-cerebro, o eje intestino-cerebro, es un sistema de comunicación bidireccional compuesto por una red de sustancias químicas, células nerviosas y microbios que conectan el intestino con el cerebro.
Científicamente hablando, conecta el sistema nervioso central (el cerebro y la médula espinal) con el sistema nervioso entérico, que se encuentra en el intestino. Esta conexión significa que el intestino y el cerebro están en constante comunicación y, por lo tanto, se influyen mutuamente de manera significativa. Por esta razón, muchos expertos se refieren al intestino como el “segundo cerebro”.
¿Cómo están conectados el intestino y el cerebro? El intestino y el cerebro están conectados a través de varias vías, entre ellas:
El nervio vago: Las neuronas son células que envían y reciben mensajes hacia y desde el cerebro y el resto del cuerpo. Se estima que el cerebro humano tiene alrededor de 100 mil millones de neuronas, y otras 500 millones más se encuentran en el intestino. Estas neuronas se comunican a través de nervios, y uno de los más importantes es el nervio vago, que conecta físicamente el intestino con el cerebro.
Neurotransmisores: Los neurotransmisores son mensajeros químicos necesarios
para muchas funciones corporales. Son producidos tanto en el cerebro como en el intestino, lo que subraya la relación entre ambos. Se ha demostrado que el microbioma intestinal influye en la producción de varios neurotransmisores, como la serotonina, que afecta el estado de ánimo y el sueño.
El sistema inmunológico: El sistema inmunológico está estrechamente relacionado con el intestino, ya que entre el 70 y 80% de este sistema se encuentra allí. Los microbios intestinales pueden influir en la respuesta inflamatoria del cuerpo y, por ende, afectar el funcionamiento del cerebro.
Salud intestinal y salud mental: ¿cómo se influyen mutuamente?

La conexión física y química entre el intestino y el cerebro significa que nuestra salud intestinal y mental están estrechamente vinculadas. Por ejemplo, condiciones de salud mental como la ansiedad están frecuentemente asociadas con problemas intestinales como el síndrome del intestino irritable (SII). Algunos estudios también han vinculado microbios intestinales específicos con un mayor riesgo de ansiedad y depresión.
Mejorando tu dieta para la salud mental y el funcionamiento del cerebro
Llevar una dieta equilibrada y rica en vitaminas y minerales esenciales es una de las mejores formas de mejorar la salud en general. Sin embargo, hay ciertos grupos de alimentos que merecen atención cuando se trata de mejorar la salud mental y la función cerebral. Entre los alimentos más beneficiosos para la salud intestinal se incluyen:
Alimentos fermentados: Como el kéfir y el chucrut, ricos en probióticos que mejoran la salud del microbioma intestinal.
Ácidos grasos omega-3: Se encuentran en pescados grasos como el salmón y las nueces, y han demostrado ser beneficiosos para la salud mental.
Prebióticos: Alimentos ricos en fibra como el ajo y las semillas de lino, que alimentan a las bacterias beneficiosas del intestino.
Alimentos ricos en polifenoles: Como las bayas y el chocolate negro, que ayudan a mejorar la función cerebral y protegen contra el envejecimiento cerebral.
Conclusiones
El eje intestino-cerebro es la conexión entre el intestino y el cerebro. Los expertos están comenzando a comprender cómo influyen entre sí, y qué significa esto para la salud en general. Mejorar la dieta con alimentos amigables para el intestino puede tener efectos positivos en la salud mental y física.