Si has tomado la decisión de volver a estudiar después de una larga pausa, es posible que te sientas emocionado y optimista, pero también es natural sentirse abrumado y con cierta aprensión.
Ya sea que hayas elegido completar un título universitario o un curso en línea, regresar al estudio después de un largo periodo puede ser complicado. A veces, puede parecer que nuestro cerebro necesita reiniciarse, que carecemos de la capacidad de concentrarnos durante largos periodos o que simplemente hemos olvidado cómo entrar en "modo estudio".
La buena noticia es que hay muchas cosas que puedes hacer para facilitar el regreso al aprendizaje y para hacer que el proceso de estudio sea más efectivo y agradable.
Si estás volviendo a estudiar después de una pausa prolongada, aquí tienes nueve consejos que podrían ayudarte.

1. Haz un plan
Si tienes un plan claro, las probabilidades de tener éxito en cualquier cosa aumentan considerablemente. Cuando comienzas a estudiar de nuevo, puede ser fácil sentirse abrumado por todo lo que hay que aprender o sentir pánico ante la posibilidad de no cumplir con las tareas o no estar preparado para los exámenes. Sin embargo, si planificas, te sentirás más al control, lo que puede ayudar mucho a reducir los niveles de estrés.
Elaborar un plan y crear un horario para ti es una excelente manera de comenzar la experiencia de aprendizaje. Si prefieres trabajar de forma digital, puedes crear un plan electrónico, pero si te gusta usar papel y lápiz, tal vez quieras comprar una agenda o calendario. Luego, puedes anotar todas las fechas importantes de tu curso y asegurarte de tener tiempo suficiente para estudiar.
Si te preocupa cumplir con los plazos, también podrías crear un calendario con tareas diarias y semanales. Al final de cada semana, puedes tachar todo lo que hayas logrado y marcar lo que aún no has completado. La vida, con todas sus alteraciones y eventos inesperados, puede interferir en nuestros planes, por lo que esto puede ayudarte a sentir que tienes todo bajo control, incluso cuando haya retrasos o contratiempos.
2. Establece una rutina
Una vez que tengas una idea de cuáles son tus metas de estudio a largo plazo, el siguiente paso es crear una rutina de aprendizaje. Las rutinas son realmente importantes porque proporcionan estructura productiva a nuestros días, y sin saber cuándo debemos empezar a estudiar, es fácil que el tiempo se nos escape o que nuestros días se prolonguen sin rumbo fijo.
Si estamos aprendiendo desde casa, las rutinas también crean límites entre el tiempo de ocio y el tiempo de estudio. Si trabajas a tiempo completo, quizás quieras adoptar la rutina de terminar el trabajo, hacer algo de ejercicio o dar un paseo, y luego sentarte a estudiar durante un par de horas antes de relajarte por la noche.
Estas acciones repetitivas pueden ayudarnos a entrar en diferentes modos (por ejemplo, modo trabajo, modo estudio, modo relajación, etc.), lo que facilita la transición psicológica entre cada uno y nos permite desconectar mejor al final de la jornada.
Otro beneficio poderoso de las rutinas es que pueden actuar como reguladores emocionales. Según Mike Norton, profesor de la Escuela de Negocios de Harvard, las rutinas son un "mecanismo humano poderoso para manejar emociones extremas y el estrés".
Debido a que son familiares y reconfortantes, las rutinas pueden ayudar a evitar la ansiedad y el estrés, y nos ayudan a sentirnos productivos y enfocados. Las rutinas son tan vitales para el éxito que se han escrito innumerables libros y artículos sobre los hábitos diarios de algunas de las personas más exitosas del mundo.
3. Descubre cuál es el mejor momento del día para estudiar
Somos todos diferentes, y cuando se trata de aprender, definitivamente no existe un enfoque único. Por lo tanto, cuando regreses a estudiar, puede ser útil tomarte un tiempo al principio para descubrir cuándo eres más productivo y te concentras mejor. Luego, intenta planificar tu horario de estudio para maximizar ese tiempo.
Por ejemplo, si eres una persona madrugadora y te despiertas sintiéndote lleno de energía y motivado, trata de programar tu tiempo de estudio a primera hora del día. O, si eres una persona nocturna, ¿por qué no planear estudiar por las noches o después de la cena?
Muchas personas descubren que su cerebro parece activarse después de hacer ejercicio. Por lo tanto, si trabajas a tiempo completo y no tienes tiempo para estudiar antes del trabajo, tal vez quieras adoptar el hábito de hacer algo de ejercicio cuando llegues a casa y reservar algo de tiempo para estudiar después.
4. Crea el ambiente adecuado
Para sacar el máximo provecho de cada sesión de estudio, es importante encontrar el lugar adecuado para estudiar.
Si es posible, es bueno tener un área de estudio dedicada. Este debería ser un lugar donde no te relajes, como la sala de estar, ya que esto puede ayudarte a concentrarte cada vez que te sientes a trabajar. Si no tienes espacio en tu hogar para una oficina o un escritorio, puedes considerar usar la mesa de la cocina, pero es clave mantener el área ordenada y libre de desorden.
También es útil pensar en formas de convertir tu espacio de aprendizaje en un entorno agradable que te energice y te anime a estudiar más, no menos. Quizás descubras que tener un jarrón de flores frescas en tu escritorio te ayuda, o tal vez prefieras encender una vela aromática.
Sin embargo, algunas personas descubren que trabajan mejor fuera de casa. A veces, simplemente salir de casa puede proporcionar una sensación de propósito y eliminar distracciones comunes del hogar, como platos sucios o teléfonos sonando.
Si esto te suena familiar, puedes intentar estudiar en un parque cercano (cuando el clima lo permita) o ir a una cafetería local. Algunas personas descubren que el ruido de fondo en las cafeterías puede incluso mejorar el pensamiento creativo, así que pruébalo y ve qué funciona para ti.
5. Limita las distracciones
En nuestro mundo digital hiperconectado, es fácil vivir en un estado de distracción constante. Es importante tener en cuenta que, cada vez que te distraes, a nuestro cerebro le toma en promedio 23 minutos volver a concentrarse. Por lo tanto, solo echar un vistazo rápido a tu teléfono puede afectar más de lo que imaginas.
Para ayudar a proteger tu tiempo de estudio, intenta limitar las distracciones lo mejor que puedas. Si tu móvil te distrae, intenta ponerlo en modo "no molestar" o "modo avión". También puede ser útil dejar el teléfono en otra habitación mientras estudias para que esté fuera de tu vista.
6. Utiliza aplicaciones de enfoque
Para darle un impulso extra a tus sesiones de estudio, podrías considerar descargar herramientas y aplicaciones que te ayuden a concentrarte. Si te resulta difícil resistir la tentación de revisar las redes sociales o los sitios de noticias, puedes descargar aplicaciones que bloquean sitios web distractores por ciertos periodos de tiempo.
7. Pide ayuda
Si no estás seguro de algo o tienes preguntas, siempre es mejor pedir ayuda que luchar solo. Ya sea que necesites consejo sobre qué materiales de estudio comprar o descargar, o tengas preguntas sobre un tema específico que estás aprendiendo, no dudes en pedir ayuda si la necesitas.
8. Asegúrate de tener un buen equilibrio entre trabajo y vida personal
Cuando comienzas a estudiar de nuevo, puede ser tentador dedicarte demasiado intensamente, especialmente si estás disfrutando del proceso de aprendizaje. Si bien es genial sentirse entusiasta y motivado, es importante mantener ciertos límites y asegurarte de tener un buen equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
9. Prioriza una vida saludable
Cuando pensamos en las mejores formas de maximizar el aprendizaje, es fácil centrarse en aspectos como la creación de horarios. Pero uno de los factores más cruciales que puede mejorar tu aprendizaje es asegurarte de que llevas una vida saludable.
Dormir lo suficiente y comer una dieta equilibrada juegan un papel importante en la mejora del rendimiento académico.
