Una de las experiencias laborales más útiles que he tenido ha sido un ejercicio en el cual los miembros de mi equipo fuimos clasificados en cuatro cuadrantes, en base a nuestro rol prioritario.
Según los “gurús”, si los cuadrantes se hubiesen llenado aproximadamente igual, sería un equipo robusto (“ganador”, decían ellos, porque eran de California). Eso me recordaba las palabras de Stephen Covey: “La fuerza reside en las diferencias, no en las similitudes”. El problema es que pocas veces ocurre y se requiere fichar a nuevos miembros para completarlo.
Inmediatamente me di cuenta de que esta metodología era aplicable a las familias, un tipo de equipo del que casi todos formamos parte y durante mucho tiempo. Con una limitación: no podemos fichar a quien queramos para nuestra familia, así que habrá que conformarse con lo que tenemos. El nuevo novio de nuestra hija casi nunca será el personaje que nos faltaba.
Lo que yo entendí de la personalidad y el rol de cada uno de esos nombres en inglés, de difícil traducción precisa a nuestro idioma, fue lo siguiente:
Promoter
Es la persona de las ideas. Muy creativa (un caso muy por encima de la media fue Sir Winston Churchill, del que se dice que generaba 10 ideas diarias y al menos 2 eran buenas, un 20% de éxito, y además tenía un buen equipo que separaba las unas de las otras). Entusiasta con su propia creación, se aburre muy pronto y pasa a la idea siguiente, aunque sea peor o, incluso, contradictoria, con lo cual puede desmotivar al resto del equipo. Con frecuencia propone cosas irrealizables y si no acepta lo que le dice el Analyzer puede perder el tiempo persiguiendo quimeras.
Controller
Es la persona capaz de convertir la idea en realidad, nada menos. Pero lo hará “pase lo que pase” y “caiga quien caiga” si no lo detienen. Por ello acostumbra a generar “daños colaterales”. Poco tolerante al fracaso, suele hundirle la moral. Espera reconocimiento y a veces cuesta dárselo (como el cazador que te muestra las cabezas de animales disecadas y espera que lo alabes, cuando a ti te apetece hacer algo distinto).
Analyser
Es la persona que analiza fríamente los pros y los contras de cada idea y de cada plan para convertirla en realidad. Suele acumular bastante experiencia y le cuesta entusiasmarse como el Promoter, pero no se desanima con los fracasos como el Controller e intenta prever los posibles daños que pueda causar éste para incorporarlos al plan de acción. No suele esperar reconocimiento, es más, a veces se le moteja de ser un “Pepito Grillo” o de regodearse en los fracasos (y es que sabe que de un fracaso siempre se puede aprender, mientras que de un éxito no necesariamente).
Supporter
Es la persona que discrimina las ideas y los planes y apoya entusiásticamente los que le parecen buenas y buenos. No lo hace de forma científica, como el Analyzer, sino en base a su inteligencia emocional, lo que llega a más gente. No tiene por qué ostentar un alto cargo, pero es imprescindible que tenga prestigio como para que su apoyo tenga valor trascendente. Es aquel que suele hablar poco, pero de sopetón lanza un “Yo no sé si os podré echar una mano, pero... contad conmigo”. Y a veces, efectivamente, pueden ayudar poco, pero con su actitud y determinación convence a los que sí pueden. Pocas ideas o planes se llevarán a cabo con éxito, a pesar de que el análisis resulte positivo, si no hay Supporters detrás, porque la gente sigue a quien le inspira confianza.
Debo aclarar que una persona no cae en un cuadrante de modo aislado y para siempre. Depende de dónde se ubiquen los demás de su equipo y depende de su momento en la vida. Lo normal es moverse de un cuadrante al contiguo y asumir dos o tres roles a lo largo de la vida profesional. Lamentablemente, en las empresas se valoran mucho los dos primeros y se tiende a minusvalorar los dos últimos. Es un poco como en el fútbol: la fama y las mejores primas son para los delanteros, porque marcan goles, pero de nada servirían sin un buen equipo, que es el que gana el partido. En palabras de Michael Jordan: “En un equipo, no todos pueden pretender tener la misma fama y prensa, pero todos pueden decir que son campeones”.
Una familia sólida y de éxito contará con miembros actuando en los cuatro roles, aunque alguno no se sienta cómodo en el que le ha tocado, pero dependerá de la situación de que se trate y tendremos que procurar ser flexibles. Por ejemplo, si se trata de organizar las próximas vacaciones, igual las ideas las aporta el padre o la madre, pero si se trata de dotarse de un buen sistema de Internet igual las ideas surgen del hijo o la hija. Y si se trata de comprar una nueva vivienda, mejor escuchar las ideas de todos.
¿Cuál acostumbra a ser el rol de los abuelos y abuelas?
Pues resulta que lo tienen más fácil que otros para ser Analysers, porque acumulan mucha experiencia (como suele decirse, “las han visto de todos los colores”), pero donde suelen triunfar es en el rol de Supporters, porque el prestigio no surge de la noche a la mañana, de modo que los demás lo tienen difícil. Pero el prestigio se puede perder fácilmente si nos convertimos en unos cascarrabias o sistemáticamente evitamos tomar partido para no enojar a algún miembro de la familia o nos hemos quedado obsoletos. Evitemos que eso nos pase.
Mantenernos sanos, actualizados y seguir aprendiendo en todos los campos, son ejercicios recomendables para seguir desempeñando esos roles en nuestra familia que pueden ser motivadores e incluso estratégicos en momentos de crisis.
De un consultor y directivo retirado, padre de 3 hijos y abuelos de 2 nietos.