Cuando observas a las personas más exitosas del mundo, ya sean magnates de los negocios o atletas de clase mundial, ¿alguna vez te has preguntado qué tienen en común? No se trata simplemente de talento o inteligencia, aunque ciertamente juegan un papel importante. Una de las habilidades más importantes que cualquier persona puede poseer es la resiliencia y la capacidad de adaptarse al cambio. Pero, ¿qué significa exactamente esto y qué puedes hacer para aumentar tu propia resiliencia?
¿Qué es la resiliencia?
La resiliencia, en pocas palabras, es lo que otorga a las personas la fuerza psicológica para hacer frente a la adversidad y el fracaso. Existen muchas otras palabras que se utilizan para describir este tipo único de fuerza: resistencia, valentía, determinación, pero todas se refieren a la fortaleza mental, que es la capacidad de superar la mala suerte y volver a levantarse, a menudo más fuerte y más decidido que antes.
La resiliencia se presenta de muchas formas. Es lo que nos hace regresar a la sala de juntas después de otro rechazo. Es lo que nos impulsa a terminar una carrera, aunque nuestras piernas nos duelan. Cuando tropezamos, la resiliencia es lo que nos hace levantarnos, y cuando fallamos, es lo que nos hace intentarlo de nuevo, una y otra vez, si es necesario.
¿Por qué la resiliencia es una habilidad clave?
La resiliencia siempre será importante, porque en la vida siempre habrá obstáculos. Las personas pierden trabajos y suspenden exámenes. Nos enfermaremos, perderemos a seres queridos y enfrentaremos dificultades económicas.
Probablemente todos conocemos a algunos amigos que pierden la calma en una crisis, y también es probable que conozcamos a personas que se mantienen tranquilas, incluso cuando la vida les da un golpe tras otro. Estas personas son resilientes. Esto no significa que no estén experimentando conmoción o angustia por lo ocurrido, sino que no se dejan vencer por ello.
Aprendiendo a adaptarse
Aquí es donde entra en juego la adaptabilidad, ya que la resiliencia y la adaptabilidad están completamente entrelazadas. La resiliencia se refiere a nuestra capacidad de recuperarnos de las dificultades y seguir adelante, mientras que la adaptabilidad es aprender de esas experiencias y utilizarlas para crear un resultado nuevo y más positivo. Según la Asociación Psicológica Americana, la resiliencia es, en realidad, "el proceso de adaptarse bien frente a la adversidad, el trauma, la tragedia, las amenazas o otras fuentes significativas de estrés."
Cuando pensamos en resiliencia y adaptabilidad, a menudo pensamos en los ejemplos más extremos: personas que se mantienen fuertes tras perder sus hogares en un desastre o personas que aprenden a caminar de nuevo después de un accidente. Pero la resiliencia y la adaptabilidad son cualidades importantes también en nuestra vida cotidiana, tanto personal como profesionalmente.
La transformación digital ha remodelado el mundo laboral más rápido de lo que muchos de nosotros hubiéramos imaginado. La tecnología está cambiando constantemente, y a medida que evoluciona, también lo hace el lugar de trabajo moderno.
Esto significa que nosotros mismos debemos adaptarnos también, y más rápido que nunca. Un estudio de IBM de 2019 descubrió que debido a la automatización, 120 millones de personas en todo el mundo podrían necesitar reentrenarse. Las habilidades que pasamos décadas perfeccionando podrían volverse obsoletas en pocos años, y las empresas del futuro necesitarán personas con habilidades que ni siquiera existen hoy.
Es por eso que el "Cociente de Adaptabilidad" de una persona, según Harvard Business Review, es lo que proporcionará la verdadera "nueva ventaja competitiva" en el futuro. La mayoría de nosotros ya hemos oído hablar del CI, cociente intelectual, que se utiliza para calcular cuán inteligentes son las personas. Algunos también pueden conocer el QE, cociente de inteligencia emocional, que está relacionado con nuestras habilidades interpersonales y de comunicación. Pero es el AQ el que está demostrando ser cada vez más importante para el futuro, porque cuanto más rápido podamos adaptarnos al cambio, mejor podremos aceptar y abrazar lo que la vida tenga preparado para nosotros.
A menudo se dice que el cambio es la única constante en la vida. No podemos evitarlo,
¿Cómo puedo desarrollar resiliencia y adaptabilidad?
Por supuesto, adaptarse al cambio es a menudo más fácil decirlo que hacerlo. Nadie quiere sentir que no puede recuperarse de los reveses, y nadie quiere sentirse como si pudiera quedarse atrás, pero adaptarse a los altibajos de la vida puede ser difícil. La buena noticia es que la resiliencia y la adaptabilidad son como cualquier otra habilidad: se pueden aprender y desarrollar, a cualquier edad y en cualquier momento de la vida. Entonces, ¿cómo lo hacemos?
1.Busca apoyo.
La resiliencia no significa enfrentar las dificultades solo. Conectarse y confiar en las personas en las que confías no hará que tus problemas desaparezcan, pero te hará sentir respaldado. Hablar sobre las cosas con personas que te importan no sólo te ofrece nuevos puntos de vista, también valida tus sentimientos, lo que a su vez ayuda a construir resiliencia.
¿Tienes amigos que te inspiran o seres queridos que han superado grandes adversidades? Conéctate con ellos, y con cualquier otra persona que tenga un impacto positivo en tu vida. Muchas personas encuentran que ser activas en grupos les ayuda a encontrar un sentido de propósito y a recuperar la esperanza, dos cualidades clave para construir resiliencia. Considera unirte a un grupo local o en línea; no importa cuál sea su propósito, siempre y cuando encuentres significado en él.
2.Piensa en positivo.
Las personas resilientes no son optimistas ciegos, pero tampoco son pensadores negativos. Si algo no sale según lo planeado, no tienden a centrarse en lo que no pueden controlar ni a buscar culpables. En su lugar, intentan enfocarse en los pequeños pasos que pueden dar para solucionar el problema. No podemos controlar todo en nuestras vidas, pero sí podemos controlar cómo reaccionamos ante las situaciones. Intenta identificar pensamientos irracionales, por ejemplo, la tendencia a pensar que el mundo está en tu contra, y concéntrate en formar pensamientos más equilibrados y positivos basados en evidencia.
Recuerda que es normal sentir miedo cuando algo altera nuestras vidas y nos empuja a lo desconocido. Lo desconocido da miedo, y como nuestro subconsciente prefiere permanecer en su zona de confort, resistirá salir de ella. Pero todos tenemos el poder de adaptarnos y fomentar cambios positivos en nuestras vidas. Como dijo George Bernard Shaw, "El progreso es imposible sin cambio, y aquellos que no pueden cambiar de opinión no pueden cambiar nada."
3.Enfócate en lo que puedes controlar.
Tras un evento negativo, es normal centrarse en cosas que no podemos controlar. Podríamos desear poder retroceder en el tiempo y hacer algo diferente. Podríamos consumirnos por el arrepentimiento. Pero los arrepentimientos son extraordinariamente inútiles cuando se trata de construir resiliencia y aprender a adaptarse. Solo sirven para frenarnos.
No puedes cambiar lo que sucedió en el pasado. Lo único que está bajo tu control es si puedes aceptar lo que ocurrió y seguir adelante o no. Aprende de tus errores, pero no dejes que te abruman ni te atormenten por lo que pudo haber sido. Puedes intentar algunos ejercicios para dejar ir el arrepentimiento y agradecer lo que tienes, luego enfócate en las cosas que están bajo tu control.
4.Cuida tu salud mental y física.
Cosas como dormir lo suficiente, hacer ejercicio, comer una dieta equilibrada y practicar mindfulness pueden ayudar a mejorar tu bienestar general y hacerte más capaz de afrontar los desafíos que se presenten. Aunque no siempre podemos controlar los cambios en nuestra salud mental y física, tomar decisiones positivas de estilo de vida puede aumentar nuestras probabilidades de mantenernos en forma y saludables.
5.Encuentra tu propósito.
Todos necesitamos un sentido de propósito para ayudarnos a levantarnos de la cama por la mañana y seguir adelante durante el día. A veces podemos perder temporalmente nuestro propósito principal, por ejemplo, si nos quedamos sin trabajo o si los hijos crecen y se van de casa, lo que puede hacernos sentir perdidos e inseguros sobre quiénes somos ahora. Es importante reconocer los sentimientos asociados con la pérdida de propósito, porque este puede ser un paso útil hacia la recuperación de nuestro propósito. Estos sentimientos pueden impulsarnos hacia nuestra próxima aventura, y a menudo hay muchas oportunidades de autodescubrimiento en el camino.
El camino de una persona hacia encontrar su propósito puede ser desalentador, pero también emocionante: es una oportunidad para probar cosas nuevas, descubrir lo que te gusta y lo que no, y desafiarte a hacer algo que quizás nunca pensaste que podrías. Esto podría ser cualquier cosa, desde un cambio de carrera hasta ayudar a los demás a través del voluntariado. Para muchas personas, el sentido de propósito proviene de dar algo a los demás y marcar la diferencia en sus vidas.
¿Cómo pueden la adaptabilidad y la resiliencia ayudarme?
Si logras construir resiliencia y aprender a adaptarte mejor, ¿cómo te ayudará esto? La Asociación Psicológica Americana dice que las personas resilientes poseen la capacidad de hacer planes realistas y dar los pasos necesarios para llevarlos a cabo. También tienen una visión positiva de sí mismas, confianza en sus fortalezas y habilidades, habilidades de comunicación y resolución de problemas, y la capacidad de gestionar fuertes sentimientos e impulsos.
Un ejemplo específico donde estos rasgos pueden ser útiles es durante la búsqueda de empleo. Supongamos que, por ejemplo, alguien ha estado sin trabajo durante un tiempo, ha solicitado innumerables nuevos puestos pero solo ha recibido rechazos. Sin resiliencia y adaptabilidad, podría ser fácil dudar de uno mismo, sentir que no se llegará a ninguna parte, sin importar cuántas solicitudes se envíen. Podrías sentir que todo es inútil y rendirte.
Pero las personas resilientes no se rinden. Eso no significa que no sientan frustración y decepción, porque lo hacen. Pero gestionan esos sentimientos. Hablan de estas dificultades con otras personas y obtienen perspectivas o nuevas ideas que podrían ayudarlos. No permiten que su autoestima dependa de empleadores potenciales que nunca han conocido. Tienen confianza en sus habilidades, pero son lo suficientemente autocríticos como para darse cuenta de que pueden necesitar adaptarse. Se hacen preguntas importantes: ¿cómo puedo mejorar? ¿Y qué debo hacer de manera diferente? Luego, pueden dar pasos proactivos para lograrlo, quizás probando un nuevo currículum, solicitando otros tipos de puestos o buscando empleos en otros lugares.
Es cierto que, a veces, por cualquier motivo, ciertos objetivos ya no son alcanzables. Aunque esto siempre será decepcionante, recuerda que el cambio es parte de la vida. Las cosas no siempre salen como queremos, pero a menudo son estos momentos de adversidad los que nos presentan nuevas oportunidades. En el idioma chino, la palabra crisis está formada por dos caracteres, uno que representa el peligro y el otro la oportunidad. Trata de no centrarte en lo que está fuera de tu control y, en su lugar, busca oportunidades para el autodescubrimiento, para crecer y evolucionar.