A medida que las personas envejecen, los bancos suelen establecer ciertos límites para acceder a productos financieros como las hipotecas, y esto también afecta a la elección del plazo de amortización. Las opciones disponibles varían dependiendo de la edad del solicitante, lo que puede hacer que el abanico de posibilidades sea más limitado a partir de los 60 años.
Límites de edad para contratar una hipoteca
Las entidades financieras suelen fijar un límite de edad para saldar la deuda hipotecaria, que generalmente no supera los 75 años. Esto implica que el plazo de amortización se ajusta según la edad del solicitante. Por ejemplo, si alguien tiene 60 años, puede optar por un plazo de 10 o 15 años, pero si tiene 65 años, solo podrá acceder a un plazo de 10 años.

En algunos casos, hay entidades que permiten extender este límite hasta los 80 años, aunque el plazo mínimo de amortización en estos casos suele ser de 15 años, lo que reduce aún más las opciones para quienes superan los 65 años.
Opciones disponibles para mayores de 60 años
Si se está interesado en contratar una hipoteca siendo mayor de 60 años, es importante tener en cuenta dos factores clave: el plazo de amortización y las mensualidades. Cuanto menor sea este periodo, mayor será la cantidad a pagar mensualmente, por lo que habrá que considerar si es viable cubrir esas cuotas.
Una alternativa que algunos optan es incluir a un titular más joven en el contrato o contar con un avalista, normalmente un hijo o familiar cercano. Los requisitos generales para solicitar una hipoteca son los mismos sin importar la edad: tener solvencia económica, ingresos suficientes y un buen historial crediticio.
Hipoteca inversa: una opción para mayores de 65 años
Si ya se posee una vivienda y se tienen más de 65 años, se puede explorar la posibilidad de contratar una hipoteca inversa. Este tipo de producto no proporciona financiación para la compra de una nueva propiedad, pero ofrece una forma de obtener ingresos adicionales, ya sea a través de pagos mensuales o de una única cantidad, a cambio de la futura venta de la vivienda.

El principal requisito para acceder es tener 65 años o más, además de contar con herederos que, en caso de fallecimiento, se encarguen de saldar la deuda si desean mantener la propiedad. Un aspecto importante de la hipoteca inversa es que el préstamo nunca puede superar el valor de tasación del inmueble, lo que ofrece una mayor seguridad tanto para el propietario como para la entidad prestamista.
En resumen, si se tiene más de 60 años y se busca contratar una hipoteca, las opciones están disponibles, aunque limitadas por los plazos de amortización y la edad del solicitante. La hipoteca inversa también se presenta como una opción interesante para aquellos que desean obtener ingresos adicionales sin necesidad de recurrir a la financiación convencional.