Cansancio.
Debilidad, falta de fuerza física, generalmente provocada por la realización de un gran esfuerzo o trabajo. Esa necesidad de parar para poder descansar y recargarnos. Algo tan habitual en esta vida trepidante y rápida que llevamos, donde todo se hace con prisa, como si nos fuera a pillar algo, y ese algo no es más que el tiempo. Pues a nuestra mente y a nuestra alma les pasa igual. Hacen un gran esfuerzo diario por mantenernos alerta, despiertos, activos, luchando... y no reparamos en que también necesitan descanso, parar, stop, respirar, no hacer nada, ¡Solo vivir!
El cansancio emocional y mental está cada vez más presente en nuestras vidas porque esta sociedad moderna en la que nos ha tocado desenvolvernos está diseñada para que nos olvidemos de nosotros mismos, de nuestro ser al completo, de conectar con nuestro interior, de conocernos y dejar de ser autómatas que al final, nunca llegan a ninguna parte. ¿No te ha pasado nunca? Esa sensación de agotamiento mental, de no poder pensar ya más, de aturdimiento y niebla mental... o ese sentimiento de vacío interno, de pensar ¿para qué? ¿A dónde voy? Empieza con cansancio físico, con insomnio y un día ya no puedes más y la ansiedad se apodera de ti, y si no la gestionas, pasa a ser depresión y enfermedad.
Nuestra mente necesita sus espacios, sobre todo el silencio y la conexión con el presente, con el aquí y el ahora. Vivimos recordando todo lo que nos ha pasado en la vida y preocupándonos por lo que pueda pasar en el futuro. Nuestra alma necesita nutrirse de reconocimiento y autoamor. Nuestros pulmones también necesitan vaciarse y llenarse de oxígeno nuevo y reparador... por eso, amo lo que hago, porque sé que aunque sea poquito y a ratitos, todas las personas que practican conmigo están renovándose. Porque en un espacio de tiempo no muy largo, todos empiezan a sentir mejoras físicas, porque el oxígeno que respiramos profundamente nos expande los pulmones y fomenta la plasticidad cerebral.
Un 20 % de ese oxígeno, que es lo que necesita nuestro cerebro, llegará limpio y formará nuevas conexiones neuronales. Porque cuando vivimos deprisa, en estrés, en ansiedad, en preocupación, la ciencia ha demostrado que nos morimos, que se mueren nuestras conexiones neuronales... Por eso me gusta lo que hago, porque ayudo a que todo el que quiera, se renueve física y mentalmente.
Pero aún hay más, y es que hay una conexión especial cuando practicamos, se genera una vibración de bondad, de plenitud, de enriquecimiento, de no juicio... Nos reconocemos en nosotros mismos y en los demás desde un lugar inexplicable, bello, pacificador, infinito... es decir, que también llenamos nuestras almas.
Gracias a todos mis alumnos de Mindfulness y Meditación por dejarme ayudaros con mi pequeño granito de arena, y a los demás, os invito a probarlo, no se pierde nada y se gana todo.
Mindfulness y Meditación, una rutina para sanarnos - Sesión online guiada los Martes a las 19:00 en Vilma.
Experta en Mindfulness y Gestión Emocional.