El mundo tiene rincones únicos e irrepetibles que merecen ser visitados. Pero más aún, merecen ser vividos, respirados y sentidos. Cuando viajas, la mayoría de las veces, visitas monumentos, haces fotos y te llevas algunos recuerdos de ese lugar que siempre habías querido conocer, pero no terminas de fusionarte con el territorio.
Para crear ese vínculo especial con un paraje fascinante, muchos recurren a su otra gran afición, la de pintar y dibujar. La pasión por viajar alcanza una nueva dimensión cuando se puede combinar con la pasión artística. Viajar pintando o pintar tus viajes se puede convertir en una experiencia única y repleta de sensaciones inigualables.
El Acto de Pintar en otro lugar
Cuando pintas un cuadro o dibujas un boceto a lápiz, no solo estás inmortalizando un lugar o una imagen, estás participando de la propia vida. Durante el tiempo que estás creando tu obra, pasan muchas cosas y situaciones cotidianas que te pueden ayudar a comprender el contexto en el que te encuentras.
Seguro que si ya has experimentado esta sensación, sabes perfectamente de lo que hablo. No es solamente pintar, es interactuar con la gente, los sonidos y los aromas del entorno mientras te llevas una pequeña porción de ese lugar.
Seguramente, habrá gente que se te acerque a preguntar y a interesarse por tu obra. O, por el contrario, te miren desde la distancia para no interrumpir tu momento de creación. En ambos casos, estarás aprendiendo rasgos sociales y culturales de la gente que vive allí.
El mundo dibujo a dibujo
No a todo el mundo le gusta pintar y viajar por igual. Hay personas que son apasionadas del arte, pero prefieren pintar en la intimidad del hogar o a poca distancia de su casa.
Si eres de estas personas, debes saber que no es necesario hacer largos viajes para disfrutar de la experiencia de pintar en sitios nuevos. Salir a la calle a pintar o dibujar “in situ”, es una práctica muy extendida que recibe el nombre de Urban Sketch.
Los denominados Urban Sketchers, se mueven al aire libre dentro de su propia ciudad, pueblo o barrio y capturan directamente lo que observan. Sus obras cuentan la historia del entorno y los lugares donde viven.
Si experimentas esta práctica, seguro que conocerás rincones de tu propia zona que te habían pasado desapercibidos, mientras descubres un nuevo mundo dibujo a dibujo.